Por primera vez en la historia, los gobiernos del mundo llegaron a un acuerdo para actuar juntos en torno al cambio climático. El sábado pasado, el Acuerdo Climático de París fue firmado por 195 países que se comprometen a poner fin a la era de los combustibles fósiles con un objetivo a largo plazo para reducir las emisiones a cero y con una revisión periódica de los compromisos nacionales cada cinco años.
Este es un momento histórico
Así como la vela rosada en nuestra corona de Adviento nos ofrece un momento para alegrarnos mientras esperamos a Cristo, también nosotros damos gracias por este punto de inflexión en la respuesta mundial a la crisis ecológica que el Papa Francisco ha pedido en su encíclica Laudato Si'
En particular, celebramos el objetivo del acuerdo para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 °C. La Petición Católica por el Clima que has promovido, reenviado y twitteado ha sido la ÚNICA campaña que defendió la meta de 1,5 °C. Este objetivo, apoyado por el Vaticano, se consagró en el acuerdo y ahora es el instrumento mediante el cual los gobiernos llevarán sus cuentas (así dijo Bill McKibben en un artículo reciente) y la demanda para mantener a los combustibles fósiles en el suelo para la transición a un mundo impulsado por energías renovables .
Tu trabajo contribuyó a este tan ambicioso compromiso a través de las 900.000 firmas que presentamos a los órganos políticos más altos de la COP21 incluyendo el presidente francés Hollande, a la jefe de clima de la ONU, Christiana Figueres, y localmente a los gobiernos de los Estados Unidos, Reino Unido, Australia e Irlanda.
Gracias por ser parte de este importante esfuerzo por la Petición.
Si bien reconocemos el importante cambio en la política climática, también reconocemos que el Acuerdo de París tiene muchos agujeros que perpetúan la injusticia climática. Problemas de financiamiento climático para los países en desarrollo no se abordan plenamente. Fueron excluidos términos derechos humanos (leer más aquí). Además deja de lado los aspectos prácticos de cómo nuestros gobiernos van a alcanzar sus ambiciosos objetivos, teniendo en cuenta que sus planes climáticos actuales están muy lejos de lo que necesitamos con urgencia.
Este Domingo, el Papa Francisco remarcó los resultados de la COP 21: “Deseo que sea dada una atención a las poblaciones más vulnerables, exhorto a toda la comunidad internacional a seguir en el camino tomado en el signo de una solidaridad que se vuelva siempre más operativa.”
Mientras todo está aún fresco frente a las posibilidades del Acuerdo sobre el Clima de París, tomamos este tiempo para volver a comprometernos con la justicia climática para asegurar que los pobres y vulnerables están protegidos de la alteración del clima. Mirando hacia adelante, el MCMC trabajará presionando a nuestros gobiernos y corporaciones a ser responsables de la reducción de emisiones de carbono y las promesas financieras que hicieron en París.
Que no quede solo em promesas
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