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La paz como tema central de la visita ad limina de los obispos de Sudán y Sudán del Sur
Roma (Agencia Fides) - “Todavía hay demasiados intereses creados que impiden la plena consecución de la paz”, asegura a Fides monseñor Edward Hiiboro Barani Kussala, obispo de Tombura-Yambio, Presidente de la Conferencia Episcopal que reúne a los obispos de Sudán y Sudán del Sur. Se encuentran estos días en Roma con motivo de su visita de Ad Limina Apostolorum.
Las negociaciones en curso en la capital de Sudán, Jartum, están siendo auspiciadas por la IGAD (Intergovernmental Authority on Development), y en especial por dos de sus miembros, Sudán y Uganda, que tienen una fuerte influencia en los dos bandos de la guerra civil.
“Desafortunadamente, a pesar de la presión ejercida por los respectivos socios africanos, las diferentes partes en conflicto luchan por dejar de lado sus diferencias para forjar la paz. Debemos buscar el bien común y, en primer lugar, poner fin al sufrimiento de la población agotada por años de guerra”, subraya monseñor Hiiboro Kussala. “Otro factor que ralentiza el logro de un verdadero acuerdo de paz es el agotamiento de la comunidad internacional sobre el problema de Sudán del Sur. Después de muchos intentos fallidos y acuerdos firmados que nunca se respetan, los socios internacionales de Sudán del Sur se mantienen equidistantes respecto a acuerdo”, dice el obispo.
“También hay que tener en cuenta el bajo nivel cultural de la población; más del 80% no ha asistido a la escuela”, destacó monseñor Hiiboro Kussala. “Esto abre la puerta para los que quieren incitar a la violencia mediante el fomento de tribalismo. Además este bajo niveles cultural tampoco permite una correcta promoción del buen gobierno, el respeto por los derechos humanos o el buen uso de los recursos del país. Por desgracia, los beneficios de la venta de petróleo no se usan para mejorar las condiciones de vida de la población”.
Sin embargo, monseñor Hiiboro Kussala también apunta a algunos motivos para la esperanza, por ejemplo el reciente acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea. “Es un buen ejemplo que puede ser útil para nosotros, porque Etiopía y Eritrea han resuelto sus diferencias entre sí directamente, sin tener que ir a un lugar neutral”, asegura Hiiboro Kussala. “Vemos que las delegaciones de Sudán del Sur gastan grandes sumas de dinero en las conversaciones de paz en el exterior para no llegar a un resultado concreto”.
“El ejemplo de estos dos países también es importante por otra razón: la Iglesia ha trabajado duro entre bastidores para lograr este resultado. Nosotros, como Iglesia de Sudán del Sur hacemos lo mismo. Lo que ha ocurrido entre nuestros vecinos nos anima a seguir adelante”, concluye.
La paz como tema central de la visita ad limina de los obispos de Sudán y Sudán del Sur
Roma (Agencia Fides) - “Todavía hay demasiados intereses creados que impiden la plena consecución de la paz”, asegura a Fides monseñor Edward Hiiboro Barani Kussala, obispo de Tombura-Yambio, Presidente de la Conferencia Episcopal que reúne a los obispos de Sudán y Sudán del Sur. Se encuentran estos días en Roma con motivo de su visita de Ad Limina Apostolorum.
Las negociaciones en curso en la capital de Sudán, Jartum, están siendo auspiciadas por la IGAD (Intergovernmental Authority on Development), y en especial por dos de sus miembros, Sudán y Uganda, que tienen una fuerte influencia en los dos bandos de la guerra civil.
“Desafortunadamente, a pesar de la presión ejercida por los respectivos socios africanos, las diferentes partes en conflicto luchan por dejar de lado sus diferencias para forjar la paz. Debemos buscar el bien común y, en primer lugar, poner fin al sufrimiento de la población agotada por años de guerra”, subraya monseñor Hiiboro Kussala. “Otro factor que ralentiza el logro de un verdadero acuerdo de paz es el agotamiento de la comunidad internacional sobre el problema de Sudán del Sur. Después de muchos intentos fallidos y acuerdos firmados que nunca se respetan, los socios internacionales de Sudán del Sur se mantienen equidistantes respecto a acuerdo”, dice el obispo.
“También hay que tener en cuenta el bajo nivel cultural de la población; más del 80% no ha asistido a la escuela”, destacó monseñor Hiiboro Kussala. “Esto abre la puerta para los que quieren incitar a la violencia mediante el fomento de tribalismo. Además este bajo niveles cultural tampoco permite una correcta promoción del buen gobierno, el respeto por los derechos humanos o el buen uso de los recursos del país. Por desgracia, los beneficios de la venta de petróleo no se usan para mejorar las condiciones de vida de la población”.
Sin embargo, monseñor Hiiboro Kussala también apunta a algunos motivos para la esperanza, por ejemplo el reciente acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea. “Es un buen ejemplo que puede ser útil para nosotros, porque Etiopía y Eritrea han resuelto sus diferencias entre sí directamente, sin tener que ir a un lugar neutral”, asegura Hiiboro Kussala. “Vemos que las delegaciones de Sudán del Sur gastan grandes sumas de dinero en las conversaciones de paz en el exterior para no llegar a un resultado concreto”.
“El ejemplo de estos dos países también es importante por otra razón: la Iglesia ha trabajado duro entre bastidores para lograr este resultado. Nosotros, como Iglesia de Sudán del Sur hacemos lo mismo. Lo que ha ocurrido entre nuestros vecinos nos anima a seguir adelante”, concluye.
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