Por la Hermana Rosa Alba Hernández
Misionera Comboniana
Después de unos años de servicio pastoral y de salud en México y Costa Rica, nuevamente regreso a Africa al pueblo de los Pigmeos. Comparto con todos ustedes un poco de este lugar y mi experiencia.
Mungbere , es una ciudad situada a 150 Km de Isiro, en la República Democrática del Congo con una población de 30.000 habitantes y con un nivel de desarrollo muy bajo.
La fuente principal de riqueza es la agricultura, que es su sustento. Aquí se encuentra una comunidad de 1.200 pigmeos divididos en 29 poblados. No obstante los progresos logrados, los pigmeos trabajan generalmente para el pueblo bantú ganando un salario minimo en productos, según lo que ha declarado Céline Schimitt, portavoz del UNHCR de la Republica Democrática del Congo. El nivel de vida es muy bajo y primitivo.
Las hermanas misioneras Combonianas iniciamos en este con una presencia en 1972 abriendo una comunidad para dar atención y promover integralmente al pueblo pigmeo a través de los ministerios de la Pastoral: Catequética, Promoción de la mujer, Servicio sanitario: enfermos de SIDA, prevención y acompañamiento.
Se inició un dispensario siempre para dar respuesta a la necesidad de salud de la población. Hoy este dispensario se ha convertido en un hospital con 65 camas. Hay 33 camas en maternidad y pediatría que en momentos difíciles llega a albergar dos niños por cama y 8 incubadoras. Se atiende enfermedades en general. El 90% de material y medicamentos llega x avioneta lo que obligó al doctor responsable de acondicionar una pista de aterrizaje que nos comunica directamente con la frontera de Uganda.
El hospital más próximo está a 180km y mal abastecido lo que hace que la gente prefiera venir hasta Mungbere con tal de encontrar los medicamentos. Recibimos tambien gente del Sur Sudan y de Centro África.
Yo trabajo en el almacén central casi a tiempo completo distribuyendo medicamentos y material necesario para la atención del enfermo, desde papelería hasta material de limpieza. En ciertos momentos me doy mis escapadas para ver algún enfermo en los poblados. Nuestra prioridad sigue siendo los pigmeos. En mi comunidad hay otras dos hermanas que acompañan, una a un grupo de niñas las cuales reciben enseñanza de cosas básicas y prácticas como costura, fabricación de pesares y canastas de paja y el cultivo del campo pues el pueblo pigmeo es una raza todavía nómada en proceso de sedentarización así que cultivan juntos un campo escuela que trabajan el maíz, mandioca, cacahuete durante el año escolar.
La otra hermana visita los campamentos unos 8 pues hoy están y mañana desaparecen y es a ella a quien apoyo más pues al no tener los conocimientos en el ámbito de la salud debe responder a esta necesidad ya que al vivir los pigmeos la mayor parte de su tiempo en la selva cuando salen, se encuentran generalmente enfermos de cosas serias y claro que sin recursos para atenderse y es cuando acompaño a la hermana para evaluar los casos y ver qué podemos hacer. La medicina alternativa nos ayuda a reducir los costos pero cuando no se puede hay que llevarlos al hospital donde debemos acompañarlos ya que desgraciadamente no son atendidos. Al estar con ellos les hacemos sentir su dignidad de personas y se sienten orgullosos porque la hermana está con ellos.
Las fotografías muestran un poco lo que vivimos y testimoniamos el servicio que prestamos.
Les agradecemos mucho el interesarse por este pueblo que aun presenta muchísimos retos en su progreso y les pedimos nos sigan apoyando con su oración, su generosidad y solidaridad compartiendo con un granito de arena de toda la riqueza que Dios les repara para que este pueblo también algún día alcance su desarrollo integral.
Un abrazo a todos ustedes del otro lado de nuestras fronteras.
Hna. Rosa Alba Hernández
Misionera Comboniana
Después de unos años de servicio pastoral y de salud en México y Costa Rica, nuevamente regreso a Africa al pueblo de los Pigmeos. Comparto con todos ustedes un poco de este lugar y mi experiencia.
Mungbere , es una ciudad situada a 150 Km de Isiro, en la República Democrática del Congo con una población de 30.000 habitantes y con un nivel de desarrollo muy bajo.
La fuente principal de riqueza es la agricultura, que es su sustento. Aquí se encuentra una comunidad de 1.200 pigmeos divididos en 29 poblados. No obstante los progresos logrados, los pigmeos trabajan generalmente para el pueblo bantú ganando un salario minimo en productos, según lo que ha declarado Céline Schimitt, portavoz del UNHCR de la Republica Democrática del Congo. El nivel de vida es muy bajo y primitivo.
Las hermanas misioneras Combonianas iniciamos en este con una presencia en 1972 abriendo una comunidad para dar atención y promover integralmente al pueblo pigmeo a través de los ministerios de la Pastoral: Catequética, Promoción de la mujer, Servicio sanitario: enfermos de SIDA, prevención y acompañamiento.
Se inició un dispensario siempre para dar respuesta a la necesidad de salud de la población. Hoy este dispensario se ha convertido en un hospital con 65 camas. Hay 33 camas en maternidad y pediatría que en momentos difíciles llega a albergar dos niños por cama y 8 incubadoras. Se atiende enfermedades en general. El 90% de material y medicamentos llega x avioneta lo que obligó al doctor responsable de acondicionar una pista de aterrizaje que nos comunica directamente con la frontera de Uganda.
El hospital más próximo está a 180km y mal abastecido lo que hace que la gente prefiera venir hasta Mungbere con tal de encontrar los medicamentos. Recibimos tambien gente del Sur Sudan y de Centro África.
Yo trabajo en el almacén central casi a tiempo completo distribuyendo medicamentos y material necesario para la atención del enfermo, desde papelería hasta material de limpieza. En ciertos momentos me doy mis escapadas para ver algún enfermo en los poblados. Nuestra prioridad sigue siendo los pigmeos. En mi comunidad hay otras dos hermanas que acompañan, una a un grupo de niñas las cuales reciben enseñanza de cosas básicas y prácticas como costura, fabricación de pesares y canastas de paja y el cultivo del campo pues el pueblo pigmeo es una raza todavía nómada en proceso de sedentarización así que cultivan juntos un campo escuela que trabajan el maíz, mandioca, cacahuete durante el año escolar.
La otra hermana visita los campamentos unos 8 pues hoy están y mañana desaparecen y es a ella a quien apoyo más pues al no tener los conocimientos en el ámbito de la salud debe responder a esta necesidad ya que al vivir los pigmeos la mayor parte de su tiempo en la selva cuando salen, se encuentran generalmente enfermos de cosas serias y claro que sin recursos para atenderse y es cuando acompaño a la hermana para evaluar los casos y ver qué podemos hacer. La medicina alternativa nos ayuda a reducir los costos pero cuando no se puede hay que llevarlos al hospital donde debemos acompañarlos ya que desgraciadamente no son atendidos. Al estar con ellos les hacemos sentir su dignidad de personas y se sienten orgullosos porque la hermana está con ellos.
Las fotografías muestran un poco lo que vivimos y testimoniamos el servicio que prestamos.
Les agradecemos mucho el interesarse por este pueblo que aun presenta muchísimos retos en su progreso y les pedimos nos sigan apoyando con su oración, su generosidad y solidaridad compartiendo con un granito de arena de toda la riqueza que Dios les repara para que este pueblo también algún día alcance su desarrollo integral.
Un abrazo a todos ustedes del otro lado de nuestras fronteras.
Hna. Rosa Alba Hernández
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