sábado, 22 de noviembre de 2014

ADOPTA UN PUEBLO

A finales de noviembre del 2013 se llevó a cabo el cuarto Congreso Americano Misionero (CAM4) y el noveno Congreso Misionero Latinoamericano (COMLA9). La Hna. Cecilia Sierra, comboniana, fue una de las participantes a dicho evento; aquí, ella comparte con nosotras/nosotros una reflexión de su vivencia después de que un año ha pasado. Escuchémosla:

Ecos del CAM4



Asalamu Aleikum.  Les saludo con las palabras que Jesús dijo a sus amigos después de la resurrección porque es PAZ lo que nuestro mundo, nuestras familias y cada una/o de nosotros/as necesitamos hoy: la Paz Sea Con Ustedes.  El Papa Francisco dijo que estamos ante una Tercera Guerra Mundial que se da por etapas, en diversos momentos y países. Por esta razón, les pido que guardemos un minuto de silencio para hacer presente en este evento misionero algunas realidades donde la vida clama y nos están desangrando como personas y como planeta (Deja que estas realidades se abran paso en tu mente y toquen tu corazón).

Es para mí un privilegio participar en este evento de iglesia que nos recuerda nuestra identidad más profunda: la misión.  Mi nombre es Cecilia Sierra Salcido, soy mexicana, Misionera Comboniana. Los 24 años de mi vida consagrada y misionera los he vivido fuera de mi país: en Italia, Estados Unidos, y 15 años en África: Egipto, Sudán y Sur Sudán. Hace casi un año participé, como parte de la delegación de Guatemala, al IV Congreso Americano Misionero, CAM4.  Con más de dos décadas de vida misionera y la experiencia vivida en Venezuela, me permito presentarles algunos ecos del CAM4. 

El IV Congreso Americano Misionero que se llevó a cabo en Noviembre 2013 en Venezuela, giró en torno al tema: “Discípulos misioneros de Jesucristo, desde América, en un mundo secularizado y pluricultural”.  Los 5 conferencistas coincidieron en que estamos ante un cambio de época donde se gestan paradigmas sin precedente que invitan a abrirse a nuevas perspectivas sobre la vida, la comprensión del ser humano, del tiempo, del espacio y del Absoluto. Se dijo que éstos no son “simples cambios coyunturales o parciales, regionales o nacionales, sino planetarios y profundos” que afectan todo y a todos.  Los conferencistas expresaron que el mundo entero está viviendo una "metamorfosis de la fe, de las creencias y el Absoluto".  Se identificó la irrupción del fenómeno de la “intemperie espiritual” entendido como “el anhelo por un contacto directo, a cielo descubierto con el Misterio de Dios, sin intermediarios ni mediaciones" originando así la “desinstitucionalización de la creencia”, el “nomadismo religioso”, la creciente “pentecostalización del catolicismo popular”; y la personalización de la fe con su tendencia hacia una “religiosidad difusa y light”.  Aún si estas tendencias no son exclusivas de nuestro continente, si representan un gran desafío para la misión en esta parte del mundo porque Latinoamérica “ya no es un continente católico compacto” y la homogeneidad que parecía haberse logrado con “lo católico” ya no existe. 

En el Congreso se señaló la multiculturalidad y la secularidad como dos rasgos de la nueva realidad y se advirtió que de este cambio cultural están emergiendo nuevos sujetos: los pobres, las mujeres, los jóvenes, los pueblos originarios, los afroamericanos, etc.  Ellos no sólo advocan por visibilidad y protagonismo, sino que se están convirtiendo en "productores y actores de la nueva cultura”.  El Espíritu sopla donde y cuando quiere y están surgiendo “nuevas imágenes de Dios, nuevas formas de creer” y nuevas respuestas, fruto de la experiencia y expresiones de estos nuevos sujetos. El problema es que muchas de las respuestas se están dando fuera de la Iglesia, ya no nos pertenecen. 

Una frase que resonó con fuerza en el CAM4 fue que “la Iglesia no tiene una misión, sino que la Misión tiene una Iglesia”. Se enfatizó que la misión no es una función más de la Iglesia, no es desafío pastoral, ni tampoco es cuestión de métodos nuevos o de nuevas perspectivas eclesiales.  La misión, por el contrario, constituye la esencia y la razón de ser de la Iglesia.  Esto equivale a decir que si la Iglesia no es misionera, no tiene razón de ser.  De ahí se desprende que la Iglesia es misionera porque Dios es misionero y que la misión que realiza la Iglesia no es suya, sino que es, se fundamenta y refiere a Dios (Trinidad). Por tanto, la Iglesia no es el centro ni el origen de la misión ya que esta la precede y le da legitimidad.  Y dado que la misión es un atributo de Dios, "participar en la misión es participar en la dinámica del Dios-amor hacia la gente porque Dios es el manantial del Amor”.

Evangelii Gaudium: Concretización del CAM4
Contemporáneamente al CAM4; el Papa Francisco nos regaló la Evangelii Gaudium.  Ambos, el Papa Francisco y la Alegría del Evangelio son signos de los tiempos.  Con el Papa Francisco se lanza un proceso de cambio en la Iglesia mientras que la Evangelii Gaudium es el empuje evangelizador que la Iglesia y el mundo necesitaban.  Quienes estuvimos presentes en el Congreso nos dimos cuenta que los retos del CAM4 los había acogido y concretizado magníficamente el Papa en la Alegría del Evangelio.  En este documento y a diario, en todos los medios de comunicación, el Papa nos devela nuevos aspectos de lo que implica ser discípulo misionero en este mundo cambiante. (Comparte una frase del Papa que te haya impactado).

El tema de nuestro COMGUA 4: "Fijos los Ojos en Jesús, que Inicia y Hace Plena Nuestra Fe", sintoniza con lo que se analizó en Venezuela y con la exhortación apostólica, Evangelizar con Alegría.  En esta última, el Papa Francisco insiste en que el encuentro personal con Jesús es fundamental para el cristiano. «Invito a cada cristiano a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso» (n. 3).  Así mismo, Alegraos, la Carta a Consagrados y Consagradas, que recoge frases del Papa Francisco nos dice: Si te sientes como "tierra desierta," "marcado por el descontento... en una perenne nostalgia, se te invita hoy a "volver al centro profundo" de tu vida personal y encontrar ahí "el principio y fundamento" de tu vida, porque "la relación con Jesucristo no es estática, ni intimista y necesita ser alimentada por la inquietud de la búsqueda.  El Papa nos lanza preguntas concretas: «Mira en lo profundo de tu corazón, mira en lo íntimo de ti mismo, y pregúntate: ¿tienes un corazón que desea algo grande o un corazón adormecido por las cosas?»  Francisco reconoce que los jóvenes son mucho más vulnerables a la complejidad de la época actual: «¿Crees que Dios te espera o para ti esta verdad son solamente "palabras"?» El Papa invita a aventurarse por las veredas de la alegría: «El Señor es el Señor de la consolación, el Señor de la ternura.  No tengan miedo de la consolación del Señor». (Papa Francisco)

Volver a Jesús
En línea con el CAM4 y con el Papa Francisco, José Pagola, teólogo español, expresa que un aggiornamento o recuperar el espíritu del Vaticano II no son suficientes.  Para él, lo único que salvará y justifica la existencia de la Iglesia es Jesús.  Por ello insiste en recobrar el espíritu profético y creativo de Jesús de Nazaret para que el Dios revelado y encarnado en Jesús, el Abbá, sea el único Dios de la Iglesia, el Dios amigo de la vida, el Dios defensor de los pobres. Pagola dice que "para Jesús, la misericordia no era una virtud más, sino la única manera de ser como es Dios. Jesús lo veía todo desde la compasión de Dios..." y todo lo que hizo y dijo fue para que los que sufren, los humillados, los marginados y estigmatizados tuvieran vida.  Por tanto, sintonizar con el Espíritu que vivía e impulsaba a Jesús de Nazaret es construir el Reino de Dios desde la compasión, introduciendo como prioridad la justicia para los últimos.

Un Cambio de Chip
Tanto el CAM4 como la Evangelii Gaudium retan a la Iglesia a un cambio de chip. Durante siglos se ha educado a los fieles para la sumisión, la obediencia, el silencio y la pasividad. La Evangelii Gaudium denuncia esto, y también el hecho de que todavía haya muchos sectores de Iglesia con “mentalidades anacrónicas y estructuras caducas" que se dedican más a la "autopreservación de estructuras," y sostienen una actitud "autoreferencial, eclesiocéntrica y sacramentalista". 

En el CAM4 se dijo que a lo largo de la historia, la Iglesia ha adoptado posturas erróneas: una Iglesia sobre el mundo; una Iglesia contra el mundo; una Iglesia frente al mundo; una Iglesia paralela al mundo; y una Iglesia aliada perversamente con el mundo.  Aquí me aventuraría a preguntar: ¿Cuál es la actitud que mejor describe la postura de tu parroquia con respecto a la realidad que te rodea: tu comunidad parroquial se sitúa sobre el mundo; contra el mundo; frente al mundo; paralela al mundo; o aliada perversamente con el mundo?

En un mundo fragmentado e individualista, donde se vive una violencia institucionalizada, embarcado en procesos deshumanizantes, se requieren especialistas en la ternura, hombres y mujeres compasivos y misericordiosos, cercanos, reconciliados y alegres: «Vivimos en una cultura del desencuentro, una cultura de la fragmentación, una cultura en la que lo que no me sirve lo tiro, la cultura del descarte. Hallar a un vagabundo muerto de frío no es noticia», dice el Papa. Y continúa, "No nos hagamos los distraídos muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda” (EG 211).

Para hacer frente a la "globalización de la indiferencia", y ante la apatía, el desaliento, el estrés, la depresión y los intereses personales hacen falta personas que quieran como Jesús, "pasar haciendo el bien", incluyendo, aliviando el sufrimiento y defendiendo la vida. Es necesario volver a Jesús y como él, descentrarse, salir. El Papa lo expresa en el no. 49: Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo… prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte que de sentido y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Dadles vosotros de comer!» (Mc 6,37).  Cabe preguntarse, ¿Es mi parroquia casa de puertas abiertas? ¿Qué implicaría ser una Iglesia accidentada? ¿Qué debería cambiar? ¿cómo ser nosotros, la comunidad de los discípulos de Jesús, una propuesta y una alternativa?

Adopta un Pueblo
¿Qué podemos hacer para ser Iglesia en salida? Quiero lanzarles una propuesta concreta para ensanchar la mente y el corazón. Desde hace unos meses, he venido promoviendo una campaña: "Adopta un Pueblo". Para tí, ¿cuál sería la parte de nuestro mundo que más sangra, que más duele? ¿Siria, Ghaza, Sudán, Sur Sudán, Centroáfrica, Croacia, la Puya, San Juan Sacatepéquez, San Marcos, San Rafael?  Adopta ese pueblo o esa realidad: Entérate de lo que está ocurriendo en ese lugar, investiga todo lo que puedas sobre él y dalo a conocer, a través de las redes sociales o los medios que tengas a tu alcance. Deja que el dolor de estos pueblos te toque, te duela y encuentra maneras para contribuir a aliviar su sufrimiento.  Contribuye así a que todos los pueblos tengan vida.

Asignaturas Pendientes para nuestra Iglesia en Guatemala
Un compromiso “impostergable” de la Iglesia es ser instrumento de diálogo y reconciliación. En un mundo dividido entre hombres y mujeres, entre razas y grupos étnicos, entre ricos y pobres, opresores y oprimidos, clero y laicos, educados y analfabetos, entre religiones, entre lo secular y lo religioso, el reto es convertirse en instrumentos de paz y reconciliación.  ¿A qué nivel y cómo promueve la reconciliación nuestra Iglesia en Guatemala en las tantas fracturas que nos duelen como país? ¿De parte de quién se sitúan los líderes de nuestra Iglesia? ¿Don y la Iglesia popular?

Otra asignatura pendiente para la Iglesia en Guatemala es abrazar la multiculturalidad.  Para ser creíble, la Iglesia tiene que ser instrumento del diálogo intercultural a fin de manifestar la universalidad del Reino de Dios.  La búsqueda de la verdad nos llama a ser instrumentos de diálogo intercultural a fin de manifestar la universalidad del Reino de Dios. Esto implica abrirnos a experiencias espirituales de otras tradiciones religiosas. Hay mucho camino por recorrer en relación al diálogo con la espiritualidad y tradiciones mayas, garífunas y Xincas, por ejemplo; ¿qué se tendría que hacer para que los pueblos originarios sean verdaderamente sujetos emergentes y propositivos dentro de la Iglesia en Guatemala?  ¿De qué manera se promueve la inculturación del Evangelio, fortaleciendo la identidad, la integración y la participación de los pueblos originarios en la pastoral de conjunto?

Otro reto es el profetismo martirial.  En el CAM4 se dijo que la profecía nos coloca al servicio de la vida y se nos invitó a ver a Jesús, profeta "poderoso en obras y palabras".  En Guatemala y en tantos de nuestros países latinoamericanos, la evangelización ha estado teñida de sangre.  El Evangelio llegó a nuestras tierras en medio de un dramático y desigual encuentro de pueblos y culturas. La Conferencia Episcopal nos dice que la evangelización en Guatemala estuvo marcada por el martirio. A todos estos mártires no se les enterró, se les sembró y nosotras/os somos herederos y continuadores/as de este legado misionero con sabor a martirio.

Otra urgencia es la misión ad gentes.  Hay todavía millones de personas a quienes el Kerigma no ha sido aún anunciado. ¿Qué hacer? ¿Cómo favorecer un mayor protagonismo de los laicos y de los movimientos de apostolado en la misión ad gentes? ¿Qué formación están recibiendo los seminaristas? ¿Qué puesto ocupa la misión en su formación? ¿Qué tipo de formación necesita un misionero ad gentes? ¿Cómo promover vocaciones específicamente misioneras? ¿Qué espiritualidad es necesaria para sostener de por vida la vocación de un misionero/a?

En el CAM4 nos dimos cuenta que hay más preguntas que respuestas.  Pero es necesario seguir planteándolas.  ¿Para qué estamos aquí?  ¿Cuál es tu/nuestro sueño? Mi sueño es que quienes participamos en este Congreso Misionero vivamos desde Jesús y para su proyecto. Que recuperemos y cuidemos nuestra identidad irrenunciable de seguidores de Jesús. Que contribuyamos a que en la Iglesia se sienta y se viva a Jesús de manera nueva, viva, y que el rostro de nuestra Iglesia sea un poco más humano y más parecido al del Dios que se nos manifestó en Jesús. Que podamos tener entrañas de misericordia y mirar la vida como Jesús, mirar a las personas y analizar los acontecimientos con esa compasión con que Jesús lo veía todo.  Este sueño no se podrá lograr si no contemplamos, si no miramos y nos dejamos mirar por Jesús.  Volver a Jesús, descentrarse, salir y sintonizar con el Espíritu que lo abrazaba para reivindicar nuestra esa imagen y semejanza con Dios. Esa sería nuestra contribución para la construcción del Reino de Dios que incluye la humanización de nuestro mundo.  Tengamos fijos los ojos en El, que inicia y hace plena nuestra fe. Shukran.


María Cecilia Sierra Salcido, mc

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