Nombre: Santa Josefina Bakhita
Nacida en 1869 in Olgossa, Darfur, Sudan
Murió el 8 de febrero de 1947 en Italia
Año de su beatificación: 17 de mayo de
1992
Año de su canonización: 1 de octubre de
2000
Se celebra su fiesta el 8 de febrero.
Santa Josefina Bakhita, también conocida
como nuestra “madre negra” llevó a lo largo de su vida 144 cicatrices que
obtuvo después de que fue secuestrada a los nueve años de edad y fue vendida
como esclava. Su trauma fue tan grande que llegó a olvidar su nombre, por
tanto, sus secuestradores le dieron el nombre de Bakhita, que significa afortunada. Golpes y malos tratos eran
parte de su vida diaria. Ella experimentó humillaciones morales y físicas
asociadas a la esclavitud. Fue en 1882 que su sufrimiento fue aliviado después
de que la compró el cónsul italiano. Este evento transformó su vida. En esta
familia, y en otra después, Bakhita recibió de sus patrones amabilidad,
respeto, paz y alegría. Josefina descubrió el amor de una manera profunda
aunque si en un principio desconocía el origen de esta experiencia. Un cambio
en la vida de su patrón hizo que ella fuera confiada a las Hermanas Canosianas
del Instituto de Catecúmenos en Venecia. Fue allí donde Bakhita conoció a Dios,
a quien ya ella había experimentado desde niña en su corazón sin saber quién Él
era. Fue acogida en la Iglesia Católica en 1890, entró con las Canosianas e
hizo su profesión perpetua en 1896. Los siguientes cincuenta años de su vida
fueron vividos dando testimonio del amor de Dios a través de su labor en la
cocina, la costura, bordado y la portería. Cuando ella atendía la puerta
gentilmente ponía sus manos sobre la cabeza de los niños que iban a la escuela
cercana y los acariciaba. A los niños les agradaba su voz que confortaba a los
pobres y sufrientes. Ella era una fuente de inspiración. Su sonrisa constante se
ganó los corazones de las gentes, así como su humildad y sencillez. Al llegar a
edad avanzada, Josefina experimentó largos y dolorosos años de enfermedad, pero
ella continuó perseverando en esperanza y eligiendo siempre el bien. Cuando era
visitada y se le preguntaba cómo estaba, ella respondía: “como el Maestro
quiere”. Durante los últimos días de su vida Bakhita revivió los dolorosos años
de su esclavitud y más de una vez exclamó: “Por favor, suelten las cadenas… ¡están pesadas! Rodeada por sus hermanas Josefina Bakhita murió el 8 de febrero de 1947.
A Santa Josefina Bakhita pedimos que
interceda por la liberación de tantas personas que están sufriendo la
esclavitud del siglo XXI: la Trata Humana. Como la de ella, hay tantas
historias de secuestro, de malos tratos, de golpes, humillaciones. Como ella,
millones de mujeres, niñas, niños y hombres cargan “las cicatrices” de la
trata.
A continuación podrás leer algunos casos
que te ayudarán a tomar conciencia de esta esclavitud moderna, y que
seguramente te llevarán a hacer oración.
EXPERIENCIA DE SUFRIMIENTO, INDIGNACIÓN
Y DE LUCHA CONTRA LA TRATA
Simone Borges Philip, cuando tenía 25
años de edad, vivía en Goiania con sus padres. En enero de 1996 se fue a España
con un solo objetivo: hacer mucho dinero para ayudar a su familia. Según su
familia, ella había recibido una propuesta de trabajo como mesera en un bar el
cual aceptó; quería ganar 6 mil euros para su dote matrimonial. Como en la
mayoría de los casos de trata humana, una vez que ella llegó a España la
realidad fue otra: Simone descubrió que había sido víctima de la trata para
explotación sexual. Ella fue forzada a trabajar como prostituta con varios
clientes cada noche; también fue forzada a consumir drogas y sufrió cada forma
de violencia. Después de un mes, cuando no pudo tolerar más esa situación,
Simone decidió comunicarse con su familia para pedir ayuda. Habló con su madre
en febrero y lloró mucho; le dijo que estaba forzada a trabajar hasta la
madrugada y que era como estar en un infierno. Pidió a su familia que
contactara al Consulado Brasileño en España para que pudiera salir de esta
situación. Así inició la lucha de su familia para traerla de regreso a casa. Después
de pedirá ayuda incesantemente la familia obtuvo la autorización para el
regreso de su hija. Simone recibió un boleto para regresar a su casa el 24 de
abril. Desgraciadamente, el 6 de abril, Viernes Santo, el día en que de la
Pasión y Muerte de Cristo se celebra, sus padres fueron avisados de la muerte
de su hija. Hasta el día de hoy los papás de Simone están todavía buscando una
explicación, y dicen que su vida ya no es la misma desde la muerte prematura de
su hija.
El señor Joao Borges, papá de Simone, no
aceptó pasivamente la muerte de su hija. Él peleó sin descansar ante el
gobierno brasileño para obtener los restos de su hija y tenerlos en Brasil. Después
del funeral de Simone, su papá Joao decidió transformar su dolor e indignación
formando una campaña contra la trata para salvar la vida de otras y otros
jóvenes. El compromiso del señor Joao y el de toda su familia, junto con el
compromiso de numerosas organizaciones para la defensa de los derechos humanos,
dio origen en Brasil a la Policía Nacional contra la Trata Humana. El señor
Joao continúa dedicándose a este trabajo y es un miembro importante de la red “Un
grito por la vida”. Joao es una persona, que aunque si es ya adulto mayor, está
siempre presente y su testimonio despierta emoción, inspiración y motivación,
confirmando la importancia que tiene el seguir adelante con determinación en la
lucha contra la trata humana.
TRAFICANTES SE PRESENTAN COMO “AMIGOS”
Adriana (nombre imaginario), de 20 años
de edad, de Rumania, llegó al Reino Unido con su nuevo “novio” quien le había
prometido un buen trabajo. Ella esperaba trabajar en un restaurante y tener un buen
salario para enviar a su familia. Ella confió en las promesas de su amado de
tener un futuro hermoso delante de ellos cuando regresaran a Eslovaquia. Pero
en lugar de eso, ella fue violada por dos desconocidos con quienes su “novio”
hizo tratos de venta tan pronto llegaron al Reino Unido. La encerraron en un
sótano y la obligaron a trabajar como prostituta para pagar “la deuda en la que
había incurrido”, según ellos. Adriana recibía más de veinte clientes al día;
era violada con frecuencia y golpeada para evitar que escapara. Fue salvada
durante una redada policiaca y fue conducida a una casa segura; al final fue
repatriada a Eslovaquia.
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