Posted by Sergio Mora on 21 February, 2017
Migrantes llegan a Lesbos. (Foto- Darrin Zammit Lupi : JRS Europa -
(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 21 Feb. 2017).- Delante de los movimientos migratorios actuales no se puede construir la paz si se excluye el binomio ‘desarrollo-integración’, sabiendo que es necesario acoger, proteger, promover e integrar a los inmigrantes, garantizándoles también el derecho a no emigrar porque existen condiciones de vida digna.
Así lo explicó el santo padre Francisco, este martes en el Vaticano, a los participantes de la sexta edición del Forum internacional “Migración y Paz” que inició el 21 del presente y concluye mañana miércoles 22.
El evento está siendo realizado por el dicasterio del Servicio al Desarrollo Humano Integral, junto a los Scalabrini International Migration Network (SIMN) y la Fundación Konrad Adenauer.
El Pontífice reconoció que las migraciones “no representan un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad”, sin olvidar que “para nosotros los cristianos la vida terrena es un itinerario hacia la patria celeste”.
Recordó entretanto que hoy estos muchos de los movimientos se deben a desplazamientos forzados, causados por conflictos, desastres naturales, persecuciones, cambios climáticos, violencia, pobreza extrema y condiciones de vida indignas. Y que los flujos actuales “constituyen el más vasto movimiento de personas, si no de pueblos, de todos los tiempos”.
En ese panorama el Santo Padre quiso recordar en especial el grupo más vulnerable de los migrantes: “los niños y adolescentes que se ven obligados a vivir lejos de su tierra natal separándose del afecto familiar”.
Sigue: El Papa al Forum sobre migración: la respuesta tiene que ser ‘acoger, proteger, promover e integrar’
Francisco al Forum sobre migración: la respuesta sea, ‘acoger, proteger, promover e integrar’
(ZENIT, Ciudad del Vaticano, 21 Feb. 2017).- Ante el fenómeno sin precedentes de los actuales movimientos migratorios se requiere una respuesta común que “se podría articular en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar”.
Esta es la fórmula que el papa Francisco propuso este martes en el Vaticano a los participantes del sexto congreso del Forum internacional “Migración y Paz” reunidos en Roma, que inició el 21 del presente y concluye mañana miércoles 22.
No se puede mirar al prójimo dejándolo fuera de nuestro horizonte de vida, transformarlo en competencia desleal, o en un súbdito que debemos dominar. “Esta idea se basa en el egoísmo amplificado por demagogia populista”.
La acogida “inicia con la primera recepción en espacios adecuados y decorosos”, dijo, y señaló que “las grandes concentraciones de migrantes no han dado resultado positivos, siendo que los programas de acogida difusa suelen tener más éxito”.
Defender a los migrantes de la explotación, del abuso y la violencia. Es un imperativo moral que debe llevar a la adopción de instrumentos legales, a la realización de políticas justas, a la aplicación de programas contra los ‘traficantes de carne humana’.
Sin embargo, “la protección no es suficiente, tenemos que promover el desarrollo humano integral de los migrantes”, dijo Francisco. Esta debe comenzar en las comunidades de origen, es decir, sin negar el derecho a emigrar se debe garantizar el derecho a no tener que emigrar. Es decir, el derecho de encontrar condiciones propicias en el propio país para llevar vida digna.
Una vez que alguien ha migrado, se debe integrarlo, evitando “nuevos guetos”, gracias a programas específicos que promuevan el encuentro para que el emigrante “no se cierre a la nueva cultura que lo acoge y respete las leyes y las tradiciones”.
“Creo que la combinación de estos cuatro verbos representa un deber” que es triple: “deber de justicia, la cortesía del deber y el deber de la solidaridad”.
Las desigualdades económicas ya no son concebibles, aseveró el Papa. “Un pequeño grupo de individuos no puede controlar los recursos de casi todo el mundo. Las personas y los pueblos enteros no pueden vivir sólo de migajas”, añadió.
Todos estos elementos, señala el Santo Padre, “requieren un cambio de actitud por parte de todos; dejar de estar a la defensiva, abandonar el miedo, el desinterés y la marginación, y abrirse a la cultura del encuentro, “es lo único es capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor”.
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