martes, 31 de octubre de 2017

EL VOLUNTARIO DEBE SER COMO EL TAMBOR AFRICANO, QUE CONVOCA, LLAMA LA ATENCION DE SU COMUNIDAD Y PERMITE QUE TODOS SE UNAN A LA DANZA DE LA ESPERANZA, LA PAZ Y LA ALEGRIA

Entrevista que los Scouts de Costa Rica le hicieron a la hermana
Lorena Morales que se encuentra en la mision de Nyal Sur Sudan:

1. Tenemos en común con usted la Fe que profesamos, eso nos motiva y hace posible nuestras acciones, quisiéramos profundizar un poquito más en cuanto a cómo obtiene su motivación, de dónde obtiene su determinación para enfrentar situaciones tan extremas en su labor ?

Utilizare algunos símbolos africanos para expresar y contestar algunas de estas preguntas.

Utilizare el árbol como imagen para explicar esta experiencia: en el contexto africano el árbol representa un fuerza espiritual para la comunidad, bajo el la comunidad se sienta junto con sus líderes a discutir sus esperanzas, miedos, incertidumbres, planes y acciones a tomar.

La Oración es la raíz de donde se nutre la fe, es la fuente de donde saco la fuerza y fortaleza en momentos difíciles. Esta (la oración) la experimento como una experiencia de amistad profunda desde el corazón con Dios, con los demás y con la naturaleza.

*El tronco para mi es la realidad que me rodea. Contemplar la realidad desde la perspectiva de Dios me ha ayudado a enfrentar situaciones difíciles y estresantes, a que me refiero con esto? He aprendido a contemplar la vida desde la perspectiva de Dios: Ver la realidad como Dios la Ve, Sentirla como Dios la siente, palparla como Dios la palpa, escucharla como Dios la escucha y desde allí partir para actuar.

Hay momentos difíciles en que parece que uno entra dentro de un “túnel” sin salida (especialmente cuando me ha tocado vivir situaciones de violencia y guerra), en estas situaciones hacer memoria de que la muerte, la injusticia, el odio no tienen la última palabra; la última palabra la tiene Dios en la persona de Jesús y esta palabra-acción es vida en plenitud, es paz, es el amor sin fronteras y la esperanza. Esto me da el coraje de salir adelante y soñar con un mundo más humano y más justo.

*La continua aventura de la búsqueda de la voluntad de Dios en cada momento de la vida son las ramas que se extienden hacia arriba en el árbol. La flexibilidad de estar abierta a las sorpresas que Dios desee presentarme en los acontecimientos de la vida. Nuestro Dios es el Dios de las sorpresas! sorpresas llenas de alegría, vida, belleza y desafíos!

Estar en continuo movimiento, siempre saliendo de nuestros ‘espacios” físicos, espirituales, materiales, siempre en peregrinación desentrañando la voluntad de Dios.

2. Entendemos que en su labor la búsqueda de reconciliación social ha sido clave, entonces, cómo cree usted que podríamos enfocar el voluntariado en la reconciliación en nuestros países,? sabemos que tanto en nuestra América Latina como en el resto del mundo las problemáticas espirituales y sociales nacen de la falta de unidad y de la capacidad de entender a los demás, y quisiéramos ayudar de alguna forma.

El símbolo que quiero utilizar en cuanto a la reflexión de la Reconciliación es el fuego.

La Reconciliación es una experiencia de Gracia y es iniciativa de Dios, Dios se ofrece voluntariamente en la persona de Jesús a reunirnos de nuevo, a restablecer nuestras relaciones

humanas. Esta experiencia requiere mucha paciencia, compasión, constancia y creer incondicionalmente en la presencia de Dios en el otro/otra. Creer que realmente es posible! Soñar con esa gran posibilidad.

En el contexto africano el fuego es un elemento muy importante en la vida del grupo, clan, tribu, familia. En la preparación del fuego todos colaboran a su tiempo, así el fuego es obra de todos y todos se benefician de él. Es alrededor de el que se establecen relaciones, se dialoga sobre diferentes temas que acontecen en la comunidad y se celebra el acuerdo al que se llega.

La sabiduría de la comunidad sale a la luz alrededor del fuego. La comunidad se purifica alrededor de el. Todos tienen una palabra que pronunciar, desde el niño/ niña, hasta el anciano/a.

Para obtener el fuego necesitamos varios elementos, a si mismo el camino de Reconciliación está marcado por varios elementos. La reconciliación está enfocada en restaurar la dignidad humana, que por causa del odio, venganzas, violencia de todo tipo queda herida y replegada en medio de la oscuridad.

*Para preparar el fuego necesitamos troncos, madera seca, hojitas secas, ect. De la misma forma necesitamos varios elementos en el proceso de Reconciliación: este primer elemento es la persona, su corazón, su voluntad, deseo de sanar y transformar su vida o la vida de la comunidad.

La calidad de madera que aportemos para dar vida al fuego es esencial en la vida del mismo. Debemos aportar en nuestras familias, amistades, grupos, comunidad “buena madera”, me refiero a enseñar o promover desde los mas pequeños el arte del dialogo, respeto mutuo, valores, la admiración y simplicidad frente a la belleza de lo que nos rodea.

El voluntario/a debe ser un/a constructor/a de comunidades de Esperanza, comunidades de corazones abiertos acogiendo especialmente a los más vulnerables, comunidades del Shalom de Jesús Resucitado: de bienestar para todos. El voluntariado debe crear los espacios de escucha, confianza, libertad, a nivel de comunidades, parroquias, barrios, familias.

*La fuente de ignición del Fuego es la Gracia de Dios, su presencia constante en los procesos de Reconciliación, sin esta no hay fuego, no es posible restaurar a la persona. La oración, la Eucaristía, el constante contacto con la Palabra de Dios son las fuentes que generaran en la persona o en la comunidad el paciente y compasivo camino hacia la reconciliación.

*Finalmente la Luz que produce la combinación de la madera y la ignición del fuego, trae a la claridad la verdad, transforman a la persona y la comunidad, transforman la oscuridad en un lugar agradable y seguro desde donde se es posible soñar lo imposible y buscar alternativas para alcanzar lo que no se ha podido alcanzar. Es allí donde se celebra, se danza, se canta.

No dejemos de recordar que después de una buena fogata quedan las cenizas. En el contexto africano las cenizas son muy útiles. Tienen las propiedades de ser curativas, son usadas en la limpieza de utensilios, como abono, he incluso en algunos casos ayudan a la conservación de algunos alimentos. De esta forma la persona/comunidad reconciliada es transformada a

imagen de Jesús Resucitado y tiene la capacidad de contribuir en la transformación y mejoramiento de su ambiente, familia, comunidad.

3. Sería muy motivadora, una pequeña reflexión sobre qué puntos son de importancia para nuestro trabajo de voluntariado, desde el ángulo de la Fe y también desde la actividad cotidiana, con nuestros niños y jóvenes de nuestros países.

La experiencia del voluntariado es un Tesoro, es una forma de Vida, un Proyecto de Vida, yo hice esta opción de por vida, en la vida religiosa misionera y teniendo como referencia a Jesús Resucitado y su sed de porque todos conozcan el amor, la bondad y misericordia de Dios nuestro Padre-Madre.

*Debemos ser creativos porque Dios ama a los que generan vida y belleza constante en la vida de los demás.

*Debemos tener los ojos del corazón muy abiertos y ser contemplativos. Porque Dios contempla a sus hijos e hijas como algo sagrado, expresión de sí mismo.

*Debemos tener los oídos del “corazón” muy atentos y escuchar constantemente el susurro de Dios en medio de nosotros.

*Debemos tener todos nuestros sentidos muy abiertos a la acción de Dios en nosotros, a Dios le encanta danzar la sinfonía de la vida con cada uno de nosotros.

Nuestra vocación al servicio de nuestros hermanos y hermanas es una vocación llamada a vivirla en la alegría y simplicidad, en honestidad.

Jesús es nuestro maestro por excelencia, caminando de la mano con El en el día a día podremos transformar lo cotidiano en extraordinario y lo sencillo en un milagro palpable cada día. La oración, la Eucaristía, el constante contacto con la Palabra de Dios son las fuentes que generaran en la persona y en la comunidad este cambio.

Recordemos que somos una “chispa” de Dios, que nuestros niños y niñas, jóvenes, y toda la comunidad lo puedan percibir.

El Voluntario debe ser como el Tambor Africano, que convoca, llama la atención de su comunidad y permite que todos se unan a la danza de la Esperanza, la paz y la alegría!

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