El domingo 22 de Noviembre, solemnidad de Cristo Rey, un centenar de religiosas/os de este país se dieron cita en un precario de la ciudad de San José llamado el Triángulo de la Solidaridad.
En este barrio hay cerca de 600 familias en su mayoría inmigrantes nicaragüenses que viven en pésimas condiciones por la pobreza.
Acogidos por estas personas nos guiaron por corredores estrechísimos bajo la lluvia y por entre sus “casas” hasta el lugar donde se haría el manifiesto.
Lo sorprendente de esta gente es la colaboración y solidaridad que existe entre ellos.
En esta zona se ha dispuesto que pasara la autopista, así que han pedido a la gente que desaloje sus casas.
Las familias han creado un comité formado por miembros de las iglesias protestantes y la iglesia católica los cuales están trabajando para reubicar las familias en lugares seguros donde tengan una casa digna donde vivir. Actualmente han reubicado unas 120 familias.
Se inició con una oración ecuménica con la participación de varios miembros de las diferentes iglesias protestantes que ahí se encuentran.
A continuación parte del manifiesto leído:
DENUNCIAMOS
• Las posturas reduccionistas y sectarias que pretenden opacar a Dios y eliminar su presencia en la vida pública; así como las posturas fundamentalistas que manipulan el nombre de Dios.
• Las estructuras de marginación y exclusión, los desequilibrios en nuestra sociedad entre aquellos que derrochan y los que no tienen ni para vivir con dignidad.
• Todo aquello que atenta contra la vida y la dignidad de las personas. Los intereses mezquinos y egoístas de aquellos que se sirven de los demás para provecho propio.
• La falta de acompañamiento y solidaridad a las poblaciones en riesgo y altamente vulnerables, entre ellas los “no nacidos”, a los que se les conculca el derecho a la vida.
• La pérdida de valores que lleva a la indiferencia, la descomposición familiar, la corrupción, la inseguridad ciudadana, las adicciones y el narcotráfico, el consumismo.
• El maltrato de nuestra casa común, la creación, tanto en el deterioro del medio natural como la perturbación del ambiente social.
Al terminar el evento nos condujeron a un salón lo que sería la iglesia católica donde habían preparado para todos un café y unos tamales (platillo característico de ellos)
Salimos de ahí renovados en nuestro ser consagrados y enviados a los más pobres seguro que “los pobres nos evangelizan”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario