"OSAR LA MISTICA DEL ENCUENTRO PARA VIVIR LA MISION COMBONIANA HOY"
(Tema del Capitulo)
Hemos comenzado con una reflexión sobre cómo vivir estos días al servicio de toda la Congregación, mas allá de nuestra Circunscripción de origen, de nuestro servicio específico, escuchando el camino realizado por todas y cada una, camino que hemos vivido al interno de la Iglesia, del mundo y de la creación.
Somos parte de un cuerpo-Congregación que interactúa cada momento con tantos pueblos, con el mundo, dentro del movimiento de una Iglesia que nos invita a salir, a osar, a movernos.
Ser parte del cuerpo congregacional nos ha llevado a desear una escucha generativa de las diversas relaciones del GIP, de la Dirección General, de la Economía General y de la comisión pre – capitular. En estos días de mucha escucha hemos buscado leer con
el pensamiento, el corazón y la voluntad el camino realizado en estos años. Una escucha donde estamos enteramente presentes, dejándonos interrogar por nuestra historia congregacional de estos seis años, dejándonos tocar en lo profundo por los acontecimientos que nos han acompañado.
Las presentaciones de los GIP han sido significativas e intensas. El camino que ha hecho cada Circunscripción y GIP nos han ayudado a darnos cuenta que el carisma está vivo y vivifica la realidad que nos rodea y que hemos compartido el deseo de rediseñar nuestras presencias buscando responder al grito de los empobrecidos dando respuesta a través de metodologías diversas de acuerdo a las realidades y situaciones.
La presentación de la comisión pre-capitular nos ha dado luz sobre aquello que nos une y que se ha expresado con fuerza en nuestras experiencias de encuentro. Experiencias que hablan sobre todo de nosotras, de nuestro deseo de salir, de encontrarnos los unos con los otros en su diversidad.
Las experiencias de encuentro son un tesoro que nos pertenece y que subraya la importancia de evangelizar como comunidad, confirma la llamada a ser puentes entre los pueblos y resalta la acogida y sufrimiento fecundo manifestado en la vida de los pobres que nos invita a “ser”, superando la lógica de querer “hacer” o “dar”.
La relación de la Dirección General ha ampliado nuestra visión,
presentándonos el camino del sexenio vivido poniendo atención a los procesos que nos han permitido profundizar nuestra ministerialidad, a la luz de nuestra historia carismática y nuestro vivir juntas.
En su relación la Dirección General nos ha invitado a alargar la mirada por que el horizonte cambia, se engrandece y viene expresado con la imagen de Cristo en la Cruz con los brazos abiertos, que atrae a Si a toda la humanidad.
Esta mirada hacia el horizonte se transforma en encuentro que se hace paradigma para la vida consagrada misionera (cfr. EG n. 87) y se ensancha a los retos que nos tocan profundamente: la llamada a una vida siempre más contemplativa que requiere el valor y la capacidad de encontrarnos con Dios y con nosotras mismas para tejer relaciones maduras, así como en la comunidad, reinventando nuestro modo de estar juntas para la misión, a través de una ministerialidad siempre más compartida, para que podamos sostenernos las unas a las otras, así como sostener la misión y abrirnos a los retos de una sostenibilidad económica para la vida y el crecimiento de nuestro futuro con actitudes y acciones siempre mas transparentes y compartidas.
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