Nogales (Agencia Fides) – “Los migrantes son vistos como objetos de mercancía desde el momento en que transitan por México” ha dicho el obispo de la diócesis de Nogales, Su Exc. Mons. José Leopoldo González González, “así es como son vistos por los ojos de las organizaciones delictivas” ha reiterado hablando con la prensa local el 26 de noviembre, según la nota recibida en la Agencia Fides.
La ciudad de Nogales en estos días se encuentra conviviendo con un gran número de inmigrantes, que viven y duermen en las calles a la espera de una cita con la oficina de visados para pedir permiso para entrar en los Estados Unidos. Nogales se encuentra a 800 km de Tijuana, lugar de frontera donde se encuentra el mayor grupo de migrantes no sólo centroamericanos que intentan entrar en territorio de Estados Unidos, a San Diego, California.
“Me he dado cuenta en este año y medio que estoy aquí en esta nueva Diócesis de Nogales, que las personas al pisar suelo mexicano, los migrantes que vienen de fuera y los mismos mexicanos, son vistos como objetos de mercancía” ha explicado el obispo. “Cuando comienzan a transitar en nuestro país, del Sur hacia el Norte, hay grupos delictivos que hacen este intercambio como si fueran objeto de mercancía para explotarlos, denigrarlos, atropellarlos en su persona y su dignidad”.
El obispos ha comentado que poco hace poco más de un mes, cuando celebró la Misa en la frontera (véase Fides 24/10/2016), pidió a las autoridades si estaban preparadas para gestionar el masivo flujo de haitianos y africanos que se registraba en Baja California. Pocos días después inició la llegada de estas personas a Nogales. “No estamos preparados para la emergencia, es decir no contamos con los albergues necesarios para darles ese abrigo y hospitalidad, pero si que contamos con la generosidad de nuestro pueblo y del voluntariado por parte de la Iglesia” ha declarado.
Gracias a la generosidad de la gente se atiende al migrante en lo que es primario, ha dicho Mons. González González, pero los inmigrantes no son solo haitianos y africanos, sino que son también centroamericanos e incluso mexicanos: “Este fenómeno nos tiene que hacer reflexionar profundamente a todos nosotros: sociedad civil, gobierno, empresas e Iglesia, sobre como están nuestras estructuras, no estamos preparados y no hay estructuras adecuadas para desarrollo pleno a estas personas”. (CE) (Agencia Fides, 28/11/2016)
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