Mensaje comboniano desde el Fórum Social Mundial 2015
Dos años después, el Fórum Social Mundial (FSM) ha vuelto a Túnez, en un
clima de inestabilidad y violencia en los países norafricanos y del Medio
Oriente. Ha querido ser un signo de paz y de esperanza en el proceso de la
primavera árabe, amenazada por el terrorismo y con el riesgo de ser desnaturalizada
por el fundamentalismo religioso y los gobiernos represivos.
El Fórum ha encontrado la acogida de un pueblo que vive un proceso de
emancipación y que ve como protagonistas a los jóvenes y a las mujeres.
La Familia Comboniana (Comboni Network[1])
ha estado de nuevo presente, con una de las delegaciones más representativas e
internacionales: 37 miembros, comprometidos en 15 países.
En un ambiente multicultural de colores, ritmos y danzas, los pueblos
magrebíes han sido los más representados y con mayor número de asistentes en
los diversos debates y manifestaciones. Ha aumentado, en comparación con años
anteriores, la participación de otros países africanos, cuyos representantes
han reconocido, en muchos casos, a los misioneros y misioneras combonianos. El
Foro representa uno de los pocos espacios públicos, en el ámbito mundial, en el
cual el Sur del mundo puede expresarse libremente.
Los cerca de 1. 500 talleres han tenido como temas principales: la defensa
de los derechos humanos (especialmente de las mujeres, inmigrantes y minorías);
la cuestión ambiental y la climática que exige un cambio en el estilo de vida; las
alternativas al sistema hegemónico neoliberal; la espiritualidad y el diálogo interreligioso
Como Familia Comboniana descubrimos una progresiva sintonía con el
compromiso de la sociedad civil organizada en las diversas partes del mundo.
Esto es expresión de nuestro continuo esfuerzo por actualizar el Plan de Daniel
Comboni, al que sentíamos continuamente a nuestro lado en las diversas actividades
realizadas en el Foro.
En estos 8 años, la presencia Comboniana en el FSM se ha cualificado: hemos
empezado a organizar seminarios y talleres inspirados en nuestra experiencia
misionera y estamos progresivamente compartiendo actividades más amplias con
los grupos con los cuales trabajamos en red.
El stand de la Familia Comboniana
ha sido un importante instrumento de animación misionera: desde la pluralidad
de pertenencias y lugares de proveniencia y testimoniando el compromiso
cristiano de cambiar juntos las situaciones que destruyen la vida.
El papel de los laicos es fundamental: obliga a nuestros institutos a abrirse
más a las diversas formas de participación en el compromiso misionero. Son
personas preparadas y apasionadas que ensanchan nuestra comprensión del mundo y
amplían nuestras redes de relaciones, garantizando, de este modo, la
continuidad en los procesos de evangelización y transformación de la realidad.
Una presencia como combonianos/as
Hemos participado en el Fórum con intención de hacernos eco, desde la fe,
de los procesos de liberación que nos es dado acompañar junto con la sociedad
civil organizada. Por este motivo nos hemos empeñado en reservar un tiempo para
el discernimiento comunitario y la celebración.
Creemos que la misión es, sobre todo, compartir la mística que alimenta
nuestras acciones e inspira una visión transfigurada de "un mundo diferente
y posible".
Esto lo hemos reafirmado celebrando en la cripta de la catedral de Túnez, participando
del ocultamiento de la presencia cristiana dentro de la cultura
árabe-musulmana. Hemos comenzado juntos en el día de la memoria del martirio de
Óscar Romero y de los 30 años del martirio de nuestro hermano Ezequiel Ramin,
en la semana que precede a la Pascua. La semilla que da la vida para que el
mundo tenga vida es una bella imagen de nuestra fragilidad frente a desafíos
tan grandes, así como de nuestra esperanza de que es posible "hacer
primavera" junto con el pueblo que nos acoge.
En continuidad con el discernimiento realizado en los últimos cuatro Fórums
combonianos, destacamos las dimensiones en las que hemos estado comprometidos y
que todavía necesitan desarrollarse:
·
La liberación de las esclavitudes
de hoy, especialmente, la que se refiere a la trata de los seres humanos;
·
La movilidad humana y la defensa
de los derechos de los inmigrantes;
·
Los caminos de reconciliación y
diálogo en países marcados por la guerra, con especial atención al diálogo
inter religioso y específicamente islamo-cristiano;
·
La defensa de la creación y de
los bienes comunes en sinergia con las víctimas de la injusticia ambiental y
renovando los estilos de vida de nuestras comunidades y provincias.
Para ser eficaces en estos ámbitos, es importante crear retos a nivel
interprovincial y continental, acoger laicos y laicas preparados y
comprometidos en sus propias profesiones y colaborar con las organizaciones, no
solo religiosas, que trabajan en la defensa de la vida.
Llamados a reconocer los "nuevos areópagos" de la misión,
descubrimos la importancia de la presencia Comboniana en el Fórum Social
Mundial, proponiéndola como una etapa fija, en la cual verificamos el sentido y
la eficacia de nuestros caminos junto a la humanidad, peregrina hacia
"nuevos cielos y nueva tierra".
Los participantes
en el Fórum Social Mundial y en el Fórum Comboniano 2015.
Túnez, 29 marzo 2015
[1] Han participado
en el Foro Comboniano misioneros, misioneras y laicos combonianos, un obispo
emérito javeriano, un monje teólogo, dos hermanas del Espíritu Santo y laicos
de Brasil y Uganda. Hemos realizado nuestros talleres en el Foro en colaboración
con diversas organizaciones: Lavigerie Team (Túnez), franciscanos, CIDSE, VIVAT
International, Franciscans International, Solwedi (Alemania), John Paul II
Justice and Peace Center (Uganda), Liberty Tree Foundation (USA).
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