domingo, 5 de abril de 2015

¡NO ESTÁ AQUÍ! ¡HA RESUCITADO!


La Pascua, madre de todas las celebraciones cristianas, porque Cristo ha resucitado de entre los muertos, porque el que parecía haber sido vencido por el odio, la violencia, la maldad humana y la muerte, ha resucitado. ¡Esta es la Buena Noticia! El mal no tiene la última palabra porque Dios actúa dando Vida. Dios no se deja vencer por la maldad presente en el corazón humano, sino que actúa para decirnos que Él es más fuerte que el mal y la muerte.
En "El primer día de la semana" (Mt 28,1; Mc 16,2; Lc 24,1; Jn 20,1) -es decir, el primer día de la Nueva Creación, inaugurada por el Resucitado-, hay gran movimiento en la comunidad de Jesús que, triste y desanimada no sabía qué hacer. Es el día en que la Misión empieza: las mujeres que van al sepulcro reciben la Buena Noticia de que Jesús ha resucitado y son enviadas a dar el anuncio a los discípulos (cf. Mt 28, 5-7; Mc 16, 5-7; Lc 24, 5-9; Jn 20, 17-20); los discípulos de Emaús, al encontrarse con el Resucitado, corren hacia la comunidad de los apóstoles para decirles que verdaderamente Jesús había resucitado porque habían hecho experiencia de Él (cf. Lc 24, 33-34). Ya no se detendrá el anuncio de la Buena Nueva porque la Iglesia naciente irá a todas partes a darlo con alegría y fe.
Quien se encuentra con el Resucitado no queda indiferente, sino que se hace misionero/misionera: va hacia a los demás para comunicar la alegría de este encuentro. Celebrar la Resurrección de Cristo significa SALIR para decir a todos que verdaderamente el Señor vive, y que en Él vivimos nosotros/nosotras también. Sí, porque Jesucristo ha venido a darnos vida, y vida en abundancia (Jn 10,10), una vida que disfrutamos ya aquí y ahora, y que gozaremos en plenitud en el Futuro sin fin que Él ha abierto para nosotros, con su muerte y resurrección.
Nuestros familiares esperan que les demos el anuncio, así como los tristes, los enfermos, los pobres y olvidados de la sociedad, aquellos que viven en situaciones difíciles. Hay que ir hacia ellos y ellas para decirles que el mal no tiene la última palabra, que Dios nos ama, que Cristo vive y en Él vivimos también nosotros, que Jesucristo libera al ser humano en su totalidad, que Dios quiere nuestra felicidad en esta tierra y en el Futuro. Hay que SALIR. La Misión es consecuencia del encuentro con el Resucitado.
Jesús está vivo, ha resucitado, y está presente en las luchas del pueblo por la justicia y la paz; en donde hay amor y servicio ahí está presente el Resucitado; donde hay reconciliación y perdón y no violencia y venganza, ahí está presente también; en todas esas situaciones humanas donde se hacen presentes los valores del Reino el Resucitado está presente. ¡Disfruta su presencia en tu hogar, tu trabajo, parroquia, diversiones familiares¡ ¡Disfrútalo en los pequeños detalles de la vida, aquellas que nos dan alegría, paz y amor!

¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN A TODAS Y TODOS!


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