martes, 31 de octubre de 2017

HERMANAS MISIONERAS COMBONIANAS SOÑANDO JUNTAS POR UN MUNDO SIN ESCLAVITUD

Los días 22-28 de Octubre, nos reunimos varias hermanas misioneras combonianas de diversas partes del mundo junto con hermanas de otras congregaciones en el Centro de Espiritualidad de Namugongo, Uganda.

El motivo de nuestro encuentro fue participar en un curso “Contra el Tráfico de Personas” uno de los grandes flagelo que azota a la sociedad en este siglo XXI.

¿Porqué el empeño contra la Trata?  Porque la trata de personas es un lugar de profecía hoy, en el cual somos llamadas a recuperar el profetismo de nuestro carisma como misioneras combonianas.  Dios a través del grito, el clamor y el silencio de las victimas nos llama.  El es el Dios de la Vida y sueña una vida digna para todos.  El Papa Francisco nos dice: “ Siempre me angustió la situación de los que son objeto de las diversas formas de trata de personas. Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9). ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado? No nos hagamos los distraídos. Hay mucho de complicidad. ¡La pregunta es para todos! En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda.

Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos.  (EG 211-212).

A ejemplo de nuestro Fundador San Daniel Comboni, que luchó contra la esclavitud de su tiempo, rescatando jóvenes africanos y animándolos a ser ellos mismos evangelizadores, queremos seguir sus huellas y su ejemplo en nuestros días.  Hoy más que nunca estamos llamadas a crear puentes y redes para trabajar juntas contra esta esclavitud moderna.  Estamos llamadas antes que nada a ponernos al lado de estas personas: jóvenes, mujeres, niños y niñas, a través de la prevención en el campo de la educación, salud, pastoral y en el acompañamiento de las víctimas.

En este clima compartimos nuestras experiencias de trabajo en este ministerio y tuvimos también el gozo de estar en la Eucaristía en la Basílica de los Mártires de Uganda.

HAITI - DISMINUYE DEPORTAD@S HAITIANOS POR HURACANES

Noticia enviada por las hermanas de la Comunidad Misionera Intercongregacional en Haiti donde trabaja la Hna. Comboniana Piedad Aldaz

En este mes hemos visto disminuir el número de nuestros hermanos
deportados haitianos, por lo cual se registraron 503 deportados en la frontera de Malpás: 376 hombres, 116 mujeres y 11 menores.
Una de las causas principales de su descenso se debió justamente a las catástrofes naturales que afectaron el norte del país y, sobre todo, a República Dominicana. En menos de un mes,  pasaron por nuestra zona hasta cuatro huracanes (Irma, José, María y Li), dejando muchos destrozos y cuantiosas pérdidas humanas en los países e islas del Caribe. 

En lo que respecta a Haití, “Seis de los diez departamentos haitianos fueron afectados por Irma y  más de 5.000 personas aún están en albergues provisionales, según el “Diario Libre”. Sin embargo, los daños causados por el huracán Irma y María fueron relativamente limitados, dado que los huracanes “milagrosamente” desviaron su ruta en el momento de pasar por Haití. 

EL VOLUNTARIO DEBE SER COMO EL TAMBOR AFRICANO, QUE CONVOCA, LLAMA LA ATENCION DE SU COMUNIDAD Y PERMITE QUE TODOS SE UNAN A LA DANZA DE LA ESPERANZA, LA PAZ Y LA ALEGRIA

Entrevista que los Scouts de Costa Rica le hicieron a la hermana
Lorena Morales que se encuentra en la mision de Nyal Sur Sudan:

1. Tenemos en común con usted la Fe que profesamos, eso nos motiva y hace posible nuestras acciones, quisiéramos profundizar un poquito más en cuanto a cómo obtiene su motivación, de dónde obtiene su determinación para enfrentar situaciones tan extremas en su labor ?

Utilizare algunos símbolos africanos para expresar y contestar algunas de estas preguntas.

Utilizare el árbol como imagen para explicar esta experiencia: en el contexto africano el árbol representa un fuerza espiritual para la comunidad, bajo el la comunidad se sienta junto con sus líderes a discutir sus esperanzas, miedos, incertidumbres, planes y acciones a tomar.

La Oración es la raíz de donde se nutre la fe, es la fuente de donde saco la fuerza y fortaleza en momentos difíciles. Esta (la oración) la experimento como una experiencia de amistad profunda desde el corazón con Dios, con los demás y con la naturaleza.

*El tronco para mi es la realidad que me rodea. Contemplar la realidad desde la perspectiva de Dios me ha ayudado a enfrentar situaciones difíciles y estresantes, a que me refiero con esto? He aprendido a contemplar la vida desde la perspectiva de Dios: Ver la realidad como Dios la Ve, Sentirla como Dios la siente, palparla como Dios la palpa, escucharla como Dios la escucha y desde allí partir para actuar.

Hay momentos difíciles en que parece que uno entra dentro de un “túnel” sin salida (especialmente cuando me ha tocado vivir situaciones de violencia y guerra), en estas situaciones hacer memoria de que la muerte, la injusticia, el odio no tienen la última palabra; la última palabra la tiene Dios en la persona de Jesús y esta palabra-acción es vida en plenitud, es paz, es el amor sin fronteras y la esperanza. Esto me da el coraje de salir adelante y soñar con un mundo más humano y más justo.

*La continua aventura de la búsqueda de la voluntad de Dios en cada momento de la vida son las ramas que se extienden hacia arriba en el árbol. La flexibilidad de estar abierta a las sorpresas que Dios desee presentarme en los acontecimientos de la vida. Nuestro Dios es el Dios de las sorpresas! sorpresas llenas de alegría, vida, belleza y desafíos!

Estar en continuo movimiento, siempre saliendo de nuestros ‘espacios” físicos, espirituales, materiales, siempre en peregrinación desentrañando la voluntad de Dios.

2. Entendemos que en su labor la búsqueda de reconciliación social ha sido clave, entonces, cómo cree usted que podríamos enfocar el voluntariado en la reconciliación en nuestros países,? sabemos que tanto en nuestra América Latina como en el resto del mundo las problemáticas espirituales y sociales nacen de la falta de unidad y de la capacidad de entender a los demás, y quisiéramos ayudar de alguna forma.

El símbolo que quiero utilizar en cuanto a la reflexión de la Reconciliación es el fuego.

La Reconciliación es una experiencia de Gracia y es iniciativa de Dios, Dios se ofrece voluntariamente en la persona de Jesús a reunirnos de nuevo, a restablecer nuestras relaciones

humanas. Esta experiencia requiere mucha paciencia, compasión, constancia y creer incondicionalmente en la presencia de Dios en el otro/otra. Creer que realmente es posible! Soñar con esa gran posibilidad.

En el contexto africano el fuego es un elemento muy importante en la vida del grupo, clan, tribu, familia. En la preparación del fuego todos colaboran a su tiempo, así el fuego es obra de todos y todos se benefician de él. Es alrededor de el que se establecen relaciones, se dialoga sobre diferentes temas que acontecen en la comunidad y se celebra el acuerdo al que se llega.

La sabiduría de la comunidad sale a la luz alrededor del fuego. La comunidad se purifica alrededor de el. Todos tienen una palabra que pronunciar, desde el niño/ niña, hasta el anciano/a.

Para obtener el fuego necesitamos varios elementos, a si mismo el camino de Reconciliación está marcado por varios elementos. La reconciliación está enfocada en restaurar la dignidad humana, que por causa del odio, venganzas, violencia de todo tipo queda herida y replegada en medio de la oscuridad.

*Para preparar el fuego necesitamos troncos, madera seca, hojitas secas, ect. De la misma forma necesitamos varios elementos en el proceso de Reconciliación: este primer elemento es la persona, su corazón, su voluntad, deseo de sanar y transformar su vida o la vida de la comunidad.

La calidad de madera que aportemos para dar vida al fuego es esencial en la vida del mismo. Debemos aportar en nuestras familias, amistades, grupos, comunidad “buena madera”, me refiero a enseñar o promover desde los mas pequeños el arte del dialogo, respeto mutuo, valores, la admiración y simplicidad frente a la belleza de lo que nos rodea.

El voluntario/a debe ser un/a constructor/a de comunidades de Esperanza, comunidades de corazones abiertos acogiendo especialmente a los más vulnerables, comunidades del Shalom de Jesús Resucitado: de bienestar para todos. El voluntariado debe crear los espacios de escucha, confianza, libertad, a nivel de comunidades, parroquias, barrios, familias.

*La fuente de ignición del Fuego es la Gracia de Dios, su presencia constante en los procesos de Reconciliación, sin esta no hay fuego, no es posible restaurar a la persona. La oración, la Eucaristía, el constante contacto con la Palabra de Dios son las fuentes que generaran en la persona o en la comunidad el paciente y compasivo camino hacia la reconciliación.

*Finalmente la Luz que produce la combinación de la madera y la ignición del fuego, trae a la claridad la verdad, transforman a la persona y la comunidad, transforman la oscuridad en un lugar agradable y seguro desde donde se es posible soñar lo imposible y buscar alternativas para alcanzar lo que no se ha podido alcanzar. Es allí donde se celebra, se danza, se canta.

No dejemos de recordar que después de una buena fogata quedan las cenizas. En el contexto africano las cenizas son muy útiles. Tienen las propiedades de ser curativas, son usadas en la limpieza de utensilios, como abono, he incluso en algunos casos ayudan a la conservación de algunos alimentos. De esta forma la persona/comunidad reconciliada es transformada a

imagen de Jesús Resucitado y tiene la capacidad de contribuir en la transformación y mejoramiento de su ambiente, familia, comunidad.

3. Sería muy motivadora, una pequeña reflexión sobre qué puntos son de importancia para nuestro trabajo de voluntariado, desde el ángulo de la Fe y también desde la actividad cotidiana, con nuestros niños y jóvenes de nuestros países.

La experiencia del voluntariado es un Tesoro, es una forma de Vida, un Proyecto de Vida, yo hice esta opción de por vida, en la vida religiosa misionera y teniendo como referencia a Jesús Resucitado y su sed de porque todos conozcan el amor, la bondad y misericordia de Dios nuestro Padre-Madre.

*Debemos ser creativos porque Dios ama a los que generan vida y belleza constante en la vida de los demás.

*Debemos tener los ojos del corazón muy abiertos y ser contemplativos. Porque Dios contempla a sus hijos e hijas como algo sagrado, expresión de sí mismo.

*Debemos tener los oídos del “corazón” muy atentos y escuchar constantemente el susurro de Dios en medio de nosotros.

*Debemos tener todos nuestros sentidos muy abiertos a la acción de Dios en nosotros, a Dios le encanta danzar la sinfonía de la vida con cada uno de nosotros.

Nuestra vocación al servicio de nuestros hermanos y hermanas es una vocación llamada a vivirla en la alegría y simplicidad, en honestidad.

Jesús es nuestro maestro por excelencia, caminando de la mano con El en el día a día podremos transformar lo cotidiano en extraordinario y lo sencillo en un milagro palpable cada día. La oración, la Eucaristía, el constante contacto con la Palabra de Dios son las fuentes que generaran en la persona y en la comunidad este cambio.

Recordemos que somos una “chispa” de Dios, que nuestros niños y niñas, jóvenes, y toda la comunidad lo puedan percibir.

El Voluntario debe ser como el Tambor Africano, que convoca, llama la atención de su comunidad y permite que todos se unan a la danza de la Esperanza, la paz y la alegría!

TERREMOTO EN MEXICO: MAS DE 15 MIL HOGARES DE LA DIOCESIS DE CUERNAVACA DESTRUIDOS EN SU TOTALIDAD O PARCIALMENTE

Entrevista a Monseñor Ramón Castro Castro, Obispo de la Diócesis
de Cuernavaca para la agencia ZENIT.

Ya que en el estado de Morelos fue el epicentro del pasado sismo del 19 de septiembre, Mons. Ramón Castro Castro, obispo de la Diócesis de Cuernavaca a cargo de esta zona pastoral conversó en exclusiva de sus preocupaciones al ser uno de los estados más devastados.

A más de un mes del terremoto ¿cuál es la situación que prevalece en la Diócesis de Cuernavaca en Morelos?

Les puedo compartir que estamos viviendo algo inédito, algo que todavía no alcanzamos a medir en toda su dimensión, ¿a qué me refiero?…

Por ejemplo; la Catedral iba a cumplir cinco siglos de haber resistido muchos terremotos, había resistido tantas dificultades y estaba siempre de pie, así como todos los Conventos de la Ruta de Pie del volcán, sin embargo; este terremoto atípico vino a derrumbar 320 templos solo en el estado de Morelos, que es la diócesis de Cuernavaca, entonces después de un mes vemos cómo el dolor, la tristeza y la impotencia esta todavía presente en muchos de nuestros corazones pero al mismo tiempo se está compensando con la solidaridad, con la ayuda, con la preocupación de tantos hermanos nuestros mexicanos y del extranjero que nos están demostrando interés, su ayuda.

Ha sido muy muy motivador la ayuda en alimentos, víveres que llegaron de todo el país e incluso del extranjero, principalmente de personas de Estados Unidos.

En un momento sentimos que se derrumbaron nuestros templos, nuestros edificios, nuestras casas, pero que se está fortaleciendo nuestra fe y nuestra esperanza. Esto creo el sismo, algo muy bello de lo que ya podemos hablar. Se fortalece la fe, se fortalece la esperanza, ante esta situación y de ahí vemos lo que dice el dicho mexicano, “no hay mal que por bien no venga”.

¿Cuál es el tipo de ayuda que en este momento necesita su Diócesis?

Hemos terminado una primera fase que es la de emergencia sobretodo en alimentación y el tipo de ayuda que ahora se requiere en todas la diócesis afectadas, ¡es la reconstrucción! Tenemos más de 15 mil hogares sólo en nuestra diócesis que han sido destruidos en su totalidad o parcialmente; 15 mil familias quienes en su mayoría, también han perdido sus empleos; han perdido lo que durante toda una vida con tantísimo esfuerzo habían podido lograr.

Entonces se necesita una reconstrucción, se necesita un lugar donde puedan ubicarse, reunir a su familia y continuar su vida, muchos de los que perdieron sus cosas, han tenido que ir con familiares, otros están en refugios -que han sido preparados especialmente para esto-.

El 26 de octubre el Santo Padre y que conversó con niños en Jojutla, Morelos. ¿Qué significó para usted, el gesto de que el Papa Francisco pusiera una mirada en su Diócesis?

Jojutla es una de las ciudades más dañadas, solamente ahí hubieron 74 muertos y cientos de familias damnificadas y dentro, de uno de los refugios más grandes que hay en la unidad deportiva Niños Héroes, ahí esta Scholas Occurrentes que fueron los que organizaron esta videoconferencia con el Santo Padre, y fue muy bello ver a los niños. Scholas Occurrentes, también llevó este encuentro con el Santo Padre a Tetela del Volcán, Morelos.

Verlo y saber que exclusivamente estaba dedicando este tiempo para ellos fue muy esperanzador, verdaderamente la presencia del sucesor de Pedro en un lugar herido y como el Buen Samaritano que ungía aceite a los corazones de esos niños, y también pues lo hizo en la prisión de mujeres, fueron dos lugares emblemáticos del estado de Morelos de nuestra Diócesis y es la presencia de Pedro entre nosotros que nos viene a confirmar en la fe y a decir no están solos ¡la Iglesia Universal, está con la Iglesia particular¡

Antes de este enlace con el Santo Padre ¿Usted había tenido una comunicación cercana con él?

No, no directamente, la comunicación la hemos establecido a través del Nuncio Apostólico, Mons. Franco Coppola, con el Nuncio hay una relación y de hecho va a visitar nuestra Diócesis, ¡Dios mediante!, el 3 de noviembre.

El Nuncio viene a dos lugares muy representativos de esta desgracia que son: Jojutla en la parte sur del estado y Jaltetenco en la parte oriental, que es donde más gravemente se presentaron las consecuencias del sismo. La presencia del Nuncio es la presencia del Papa y nos va a dar muchísima alegría recibirlo. En Jojutla se va a encontrar con damnificados, va a escuchar sus experiencias, sus tristezas, una especie de catarsis del pueblo ante el representante del Papa y esperamos su mensaje. Igualmente en Jaltetenco, dará la Celebración Eucarística, estos dos momentos son muy significativos para nosotros.

Mensaje final

Yo quisiera compartir con todos mis hermanos que somos una sola Iglesia, somos una sola familia, somos un solo pueblo de Dios, y lo que le sucede a una parte de nuestro pueblo, de nuestra Iglesia Universal, le afecta a toda la Iglesia.

Creo que es algo de lo que siempre debemos sacar una conclusión frente a este tipo de desgracias, pues afectan como ha afectado últimamente no solo a México, sino también a Puerto Rico y a otros lugares.

Que nunca vaya a haber indiferencia en los corazones de aquellos que nos decimos discípulos de Cristo, que esta globalización sea también en el bien, una globalización de la caridad, una globalización de la fraternidad, del amor, porque nadie es tan rico que no pueda recibir nada y tan pobre que no pueda dar algo. Cuando todos estamos bien, cuando todos sentimos esta unidad, creo que el Pueblo de Dios tiene un perfume de Cristo más fuerte y más firme y caminamos con más ánimo y con más fidelidad a las enseñanzas de nuestro Maestro y Señor Jesús.

© Texto de Janet Guadalupe Pedraza, México

ÁFRICA/UGANDA - "LA IGLESIA NO NECESITA BUROCRATAS SINO MISIONEROS ENTUSIASTAS" CARD. FILONI

Kampala (Agencia Fides) – El Cardenal Fernando Filoni, Prefecto
del Dicasterio Misionero, en la segunda cita de esta mañana del 27 de octubre en Kampala, donde se encuentra para clausurar las celebraciones del Jubileo de la Archidiócesis, se ha reunido con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en el Seminario Mayor Nacional de Ggaba. Su charla ha tocado tres temas principales: la renovación misionera, la comunión eclesial y la formación permanente.

“La renovación personal y eclesial es uno de los objetivos principales de cada celebración jubilar”, ha dicho el Cardenal, al tiempo que ha destacado: “Ustedes son los herederos de la gran obra de evangelización hecha por los misioneros. Hoy este trabajo está en vuestras manos”. Recordando que en Kampala el Papa Pablo VI pronunció la bien conocida exhortación “africanos, sean los misioneros de ustedes mismos”, el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos ha dicho: “la Iglesia en África ya ha hecho mucho en este sentido, pero aún puede hacer más. Todavía hay mucho que hacer sobre el espíritu misionero, especialmente hacia los pueblos de África. Algunos sacerdotes estarían dispuestos a ir como misioneros en Europa o Estados Unidos, pero no estarían igualmente listos para ir de misión a lugares difíciles y necesitados en su mismo país de origen o dentro de África”.

También se requiere un verdadero espíritu misionero “en las periferias existenciales que se encuentran dentro de vuestras áreas pastorales”, ha dicho el Cardenal haciendo referencia a que “la evangelización se hace no solo entre los muros de una iglesia o de una escuela, sino también por las calles; debemos ir donde están las personas, llevar el Evangelio a las áreas olvidadas de la vida, a los 'suburbios existenciales' de nuestras parroquias y ciudades, a las carreteras y calles de este país, donde tanta gente espera experimentar la Buena Nueva y la misericordia de Dios. La Iglesia no necesita burócratas, sino misioneros entusiastas”.

Reflexionando sobre el tema de la comunión eclesial, el Prefecto del Dicasterio Misionero también ha puesto de relieve que “a nivel práctico, la comunión eclesial se expresa en el apego y la fidelidad al Romano Pontífice, centro de unidad y vínculo de comunión. universal, así como hacia el Obispo, padre y líder de la Iglesia particular. No existe un verdadero ministerio sacerdotal, excepto en la comunión con el Papa y con su obispo diocesano”. Luego ha recordado que la gente de Uganda es conocida por su sentido de respeto a la jerarquía, y “a veces es sorprendente escuchar algunos casos que son una traición total a esta cultura loable”.

Otros factores críticos son la profunda superficialidad y el espíritu mundano, que llevan a algunos sacerdotes y religiosos (hombres y mujeres) a luchar en busca de poder, prestigio, placer y seguridad económica. “Estos casos son una clara señal de que han perdido todo el sentido de la oración, y en su lugar se inventan su propio Evangelio basado en la popularidad, la gratificación inmediata, el dinero, el prestigio de tener amigos en las altas esferas, la popularidad de resistirse a las directivas y decisiones de sus propios obispos que no se ajustan a sus preferencias”.

Un último aspecto que socava la comunión eclesial está basado en los sentimientos étnicos y tribales: “Les invito a recordar, queridos sacerdotes, religiosos y religiosas, que su testimonio de vivir juntos pacíficamente, por encima de las afiliaciones étnicas y tribales, tiene una impacto enorme en su ministerio – ha amonestado el Prefecto -. La gente quiere ver como os amáis y respetáis mutuamente, quiere ver que trabajáis en equipo”.

Por último el Card. Filoni ha reiterado la importancia y lo indispensable que es la formación permanente como medio para la renovación personal, deber para todos los agentes pastorales, pero aún más para todos los sacerdotes, religiosos y religiosas, expresión de fidelidad a la propria vocación y misión, acto de amor por el pueblo de Dios: “Es importante que los fieles puedan encontrar sacerdotes, religiosos y religiosas que sean verdaderamente hombres de Dios, hombres de oración, maduros y bien formados”. (SL) (Agencia Fides 27/10/2017

miércoles, 4 de octubre de 2017

EL PAPA EXHORTA A SER MISIONEROS DE ESPERANZA HOY

4 OCTUBRE 2017 REDACCIÓN AUDIENCIA GENERAL


(ZENIT – 4 Oct. 2017).- El Papa ha celebrado audiencia general esta mañana a las 9:40 horas en la Plaza de san Pedro, donde le esperaban 15.000 peregrinos y fieles procedentes de Italia y de todos los lugares del mundo (dato de Radio Vaticano).

En su catequesis de hoy, el Papa ha hablado del tema: “Misioneros de esperanza hoy”, por ser en el mes de octubre, que en la Iglesia “está dedicado especialmente a la misión” –ha indicado el Papa– , y también en la fiesta de San Francisco de Asís, que fue un “gran misionero de esperanza”.

Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes. La audiencia general ha terminado con el canto del “Pater Noster” y la bendición apostólica.

A continuación, sigue el texto completo de la catequesis del Papa:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En esta catequesis quiero hablar sobre el tema de “Misioneros de esperanza hoy”. Me alegro de hacerlo a principios del mes octubre, que en la Iglesia está dedicado especialmente a la misión, y también en la fiesta de San Francisco de Asís, que fue un gran misionero de esperanza.

Efectivamente, el cristiano no es un profeta de desgracias. Nosotros no somos profetas de desgracias. La esencia de su anuncio es lo contrario, es lo contrario de la desgracia: es Jesús, muerto por amor, y que Dios ha resucitado en la mañana de Pascua. Y este es el núcleo de la fe cristiana. Si los Evangelios acabasen con la sepultura de Jesús, la historia de este profeta se sumaría a las muchas biografías de personajes heroicos que dieron la vida por un ideal. El Evangelio sería entonces un libro edificante, también consolador, pero no sería un anuncio de esperanza.

Pero los Evangelios no se acaban con el Viernes Santo, van más allá; y es precisamente este fragmento ulterior el que transforma nuestras vidas. Los discípulos de Jesús estaban abatidos ese sábado después de la crucifixión; la piedra que rodó en la puerta del sepulcro había cerrado también los tres años de entusiasmo que vivieron con el Maestro de Nazaret. Parecía que todo hubiese terminado, y algunos, decepcionados y asustados, ya se estaban yendo de Jerusalén.

¡Pero Jesús resurge! Este hecho inesperado cambia y subvierte las mentes y los corazones de los discípulos. Porque Jesús no resurge solo para sí mismo, como si su renacer fuera una prerrogativa que guardar con celo: si asciende al Padre es porque quiere que de su resurrección sea partícipe todo ser humano, y eleve a las alturas a toda criatura. Y en el día de Pentecostés los discípulos son transformados por el aliento del Espíritu Santo. No tendrán solamente una buena noticia para llevar a todos, sino que ellos mismos serán diferentes de cómo eran antes, como nacidos a una nueva vida. La resurrección de Jesús nos transforma con la fuerza del Espíritu Santo. Jesús está vivo, está vivo entre nosotros, vive y tiene la fuerza de transformar.

¡Qué hermoso es pensar que se es anunciador de la resurrección de Jesús no sólo con palabras sino con los hechos y el testimonio de la vida! Jesús no quiere discípulos solamente capaces de repetir fórmulas aprendidas de memoria. Quiere testigos: personas que propagan esperanza con su manera de acoger, de sonreír, de amar. Sobre todo de amar: porque la fuerza de la resurrección hace que los cristianos puedan amar aun cuando el amor parece haber perdido sus razones. Hay un “algo más” que habita la existencia cristiana, y que no se explica simplemente con la fuerza de ánimo o con un mayor optimismo. La fe, la esperanza no son solamente optimismo; son otra cosa, son más. Es como si los creyentes fueran personas con un “trozo de cielo” más sobre sus cabezas. Es hermoso: somos personas con un trozo de cielo más sobre la cabeza, acompañados por una presencia que alguno ni siquiera puede adivinar.

Por lo tanto, la tarea de los cristianos en este mundo es abrir espacios de salvación, como células de regeneración capaces de devolver la linfa a lo que parecía perdido para siempre. Cuando el cielo está nublado, es una bendición el que sabe hablar del sol. El verdadero cristiano es así: no quejumbroso y enfadado, sino convencido, por la fuerza de la resurrección, de que ningún mal es infinito, ninguna noche es interminable, ningún hombre está definitivamente equivocado, ningún odio es invencible por el amor.

Ciertamente, alguna vez los discípulos pagarán muy cara esta esperanza que les ha dado Jesús. Pensemos en los muchos cristianos que no han abandonado a su pueblo cuando ha llegado la hora de la persecución. Permanecieron allí, donde incluso el mañana era incierto, donde no se podían hacer proyectos, permanecieron esperando a Dios. Y pensemos en nuestros hermanos, en nuestras hermanas de Oriente Medio que dan testimonio de esperanza y ofrecen también su vida por este testimonio. ¡Estos son verdaderos cristianos! ¡Estos llevan el cielo en el corazón, miran más allá, siempre más allá!. Quien ha tenido la gracia de abrazar la resurrección de Jesús todavía puede esperar en lo inesperado. Los mártires de todos los tiempos, con su fidelidad a Cristo, dicen que la injusticia no es la última palabra en la vida. En Cristo resucitado podemos seguir esperando. Los hombres y las mujeres que tienen un “por qué” vivir resisten más que los otros en tiempos de desgracias. Pero quien tiene a Cristo a su lado realmente ya no teme nada. Y por esta razón, los cristianos, los verdaderos cristianos, nunca son hombres fáciles y complacientes. Su mansedumbre no debe confundirse con un sentido de inseguridad y de pasividad. San Pablo alienta a Timoteo a sufrir por el evangelio y dice así: “Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y prudencia” (2 T 1,7). Caídos, siempre se levantan.

Por eso, queridos hermanos y hermanas, el cristiano es un misionero de la esperanza. No por su mérito, sino gracias a Jesús, el grano de trigo que, caído en la tierra, ha muerto y ha dado mucho fruto (Jn 12,24).

martes, 3 de octubre de 2017

LA MISIÓN EN EL CORAZÓN DE LA FE CRISTIANA

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2017


Queridos hermanos y hermanas:

Este año la Jornada Mundial de las Misiones nos vuelve a convocar entorno a la persona de Jesús, «el primero y el más grande evangelizador» (Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 7), que nos llama continuamente a anunciar el Evangelio del amor de Dios Padre con la fuerza del Espíritu Santo. Esta Jornada nos invita a reflexionar de nuevo sobre la misión en el corazón de la fe cristiana. De hecho, la Iglesia es misionera por naturaleza; si no lo fuera, no sería la Iglesia de Cristo, sino que sería sólo una asociación entre muchas otras, que terminaría rápidamente agotando su propósito y desapareciendo. Por ello, se nos invita a hacernos algunas preguntas que tocan nuestra identidad cristiana y nuestras responsabilidades como creyentes, en un mundo confundido por tantas ilusiones, herido por grandes frustraciones y desgarrado por numerosas guerras fratricidas, que afectan de forma injusta sobre todo a los inocentes. ¿Cuál es el fundamento de la misión? ¿Cuál es el corazón de la misión? ¿Cuáles son las actitudes vitales de la misión?

La misión y el poder transformador del Evangelio de Cristo, Camino, Verdad y Vida
1. La misión de la Iglesia, destinada a todas las personas de buena voluntad, está fundada sobre la fuerza transformadora del Evangelio. El Evangelio es la Buena Nueva que trae consigo una alegría contagiosa, porque contiene y ofrece una vida nueva: la de Cristo resucitado, el cual, comunicando su Espíritu dador de vida, se convierte en Camino, Verdad y Vida por nosotros (cf.
Jn 14,6). Es Camino que nos invita a seguirlo con confianza y valor. Al seguir a Jesús como nuestro Camino, experimentamos la Verdad y recibimos su Vida, que es la plena comunión con Dios Padre en la fuerza del Espíritu Santo, que nos libera de toda forma de egoísmo y es fuente
de creatividad en el amor.
2. Dios Padre desea esta transformación existencial de sus hijos e hijas; transformación que se expresa como culto en espíritu y en verdad (cf. Jn 4,23-24), en una vida animada por el Espíritu Santo en la imitación del Hijo Jesús, para gloria de Dios Padre. «La gloria de Dios es el hombre viviente» (Ireneo, Adversus haereses IV, 20,7). De este modo, el anuncio del Evangelio se convierte en palabra viva y eficaz que realiza lo que proclama (cf. Is 55,10-11), es decir Jesucristo, el cual continuamente se hace carne en cada situación humana (cf. Jn 1,14).

La misión y el kairos de Cristo
3. La misión de la Iglesia no es la propagación de una ideología religiosa, ni tampoco la propuesta de una ética sublime. Muchos movimientos del mundo saben proponer grandes ideales o expresiones éticas sublimes. A través de la misión de la Iglesia, Jesucristo sigue evangelizando y actuando; por eso, ella representa el kairos, el tiempo propicio de la salvación en la historia. A través del anuncio del Evangelio, Jesús se convierte de nuevo en contemporáneo nuestro, de modo que quienes lo acogen con fe y amor experimentan la fuerza transformadora de su Espíritu de Resucitado que fecunda lo humano y la creación, como la lluvia lo hace con la tierra. «Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 276).
4. Recordemos siempre que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Benedicto XVI, Carta enc. Deus caritas est, 1). El Evangelio es una persona, que continuamente se ofrece y continuamente invita a los que la reciben con fe humilde y laboriosa a compartir su vida mediante la participación efectiva en su misterio pascual de muerte y resurrección. El Evangelio se convierte así, por medio del Bautismo, en fuente de vida nueva, libre del dominio del pecado, iluminada y transformada por el Espíritu Santo; por medio de la Confirmación, se hace unción fortalecedora que, gracias al mismo Espíritu, indica caminos y estrategias nuevas de testimonio y de proximidad; y por medio de la Eucaristía se convierte en el alimento del hombre nuevo, «medicina de inmortalidad» (Ignacio de Antioquía, Epístola ad Ephesios, 20,2).
5. El mundo necesita el Evangelio de Jesucristo como algo esencial. Él, a través de la Iglesia, continúa su misión de Buen Samaritano, curando las heridas sangrantes de la humanidad, y de Buen Pastor, buscando sin descanso a quienes se han perdido por caminos tortuosos y sin una meta. Gracias a Dios no faltan experiencias significativas que dan testimonio de la fuerza transformadora del Evangelio. Pienso en el gesto de aquel estudiante Dinka que, a costa de su propia vida, protegió a un estudiante de la tribu Nuer que iba a ser asesinado. Pienso en aquella celebración eucarística en Kitgum, en el norte de Uganda, por aquel entonces, ensangrentada por la ferocidad de un grupo de rebeldes, cuando un misionero hizo repetir al pueblo las palabras de
Jesús en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», como expresión del grito desesperado de los hermanos y hermanas del Señor crucificado. Esa celebración fue para la gente una fuente de gran consuelo y valor. Y podemos pensar en muchos, numerosísimos testimonios de cómo el Evangelio ayuda a superar la cerrazón, los conflictos, el racismo, el tribalismo, promoviendo en todas partes y entre todos la reconciliación, la fraternidad y el saber compartir.

La misión inspira una espiritualidad de éxodo continuo, peregrinación y exilio
6. La misión de la Iglesia está animada por una espiritualidad de éxodo continuo. Se trata de «salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 20). La misión de la Iglesia estimula una actitud de continua peregrinación a través de los diversos desiertos de la vida, a través de las diferentes experiencias de hambre y sed, de verdad y de justicia. La misión de la Iglesia propone una experiencia de continuo exilio, para hacer sentir al hombre, sediento de infinito, su condición de exiliado en camino hacia la patria final, entre el «ya» y el «todavía no» del Reino de los Cielos.
7. La misión dice a la Iglesia que ella no es un fin en sí misma, sino que es un humilde instrumento y mediación del Reino. Una Iglesia autorreferencial, que se complace en éxitos terrenos, no es la Iglesia de Cristo, no es su cuerpo crucificado y glorioso. Es por eso que debemos preferir «una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una
Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades» (ibíd., 49).

Los jóvenes, esperanza de la misión
8. Los jóvenes son la esperanza de la misión. La persona de Jesús y la Buena Nueva proclamada por él siguen fascinando a muchos jóvenes. Ellos buscan caminos en los que poner en práctica el valor y los impulsos del corazón al servicio de la humanidad. «Son muchos los jóvenes que se solidarizan ante los males del mundo y se embarcan en diversas formas de militancia y voluntariado [...]. ¡Qué bueno es que los jóvenes sean “callejeros de la fe”, felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra!» (ibíd., 106). La próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en el año 2018 sobre el tema «los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», se presenta como una oportunidad providencial para involucrar a los jóvenes en la responsabilidad misionera, que necesita de su rica imaginación y creatividad.

El servicio de las Obras Misionales Pontificias
9. Las Obras Misionales Pontificias son un instrumento precioso para suscitar en cada comunidad cristiana el deseo de salir de sus propias fronteras y sus seguridades, y remar mar adentro para anunciar el Evangelio a todos. A través de una profunda espiritualidad misionera, que hay que vivir a diario, de un compromiso constante de formación y animación misionera, muchachos, jóvenes, adultos, familias, sacerdotes, religiosos y obispos se involucran para que crezca en cada uno un corazón misionero. La Jornada Mundial de las Misiones, promovida por la Obra de la Propagación de la Fe, es una ocasión favorable para que el corazón misionero de las comunidades cristianas participe, a través de la oración, del testimonio de vida y de la comunión de bienes, en la respuesta a las graves y vastas necesidades de la evangelización.


Hacer misión con María, Madre de la evangelización
10. Queridos hermanos y hermanas, hagamos misión inspirándonos en María, Madre de la evangelización. Ella, movida por el Espíritu, recibió la Palabra de vida en lo más profundo de su fe humilde. Que la Virgen nos ayude a decir nuestro «sí» en la urgencia de hacer resonar la Buena Nueva de Jesús en nuestro tiempo; que nos obtenga un nuevo celo de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte; que interceda por nosotros para que podamos adquirir la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la salvación.

Vaticano, 4 de junio de 2017
Solemnidad de Pentecostés
Francisco