domingo, 25 de septiembre de 2016

LA NUEVA DIRECCIÓN GENERAL DE LAS HERMANAS MISIONERAS COMBONIANAS


El 23 de Septiembre se han concluido las elecciones para la nueva Dirección General del Instituto de las Hermanas Misioneras Combonianas.  El nuevo Consejo General está formado por: (de izquierda a derecha, en la foto):  Sr. Luigia Coccia (Italiana), Superiora General; y las cuatro Consejeras Generales: Sr. Rosa Matilde Téllez Soto, (Peruana), Sr. Kudusan Debesai Tesfamicael (Eritrea), Sr. Eulalia Capdevila Enríquez, (Española) Sr. Ida Colombo (Italiana).  En los próximos días, las Hermanas de la Dirección General se reunirán y elegirán entre ellas a la Vicaria General.



LOS FRUTOS DE OSAR EL ENCUENTRO: ELEGIDA LA NUEVA SUPERIORA GENERAL DE LAS HERMANAS MISIONERAS COMBONIANAS: HERMANA LUIGIA COCCIA

Llego al Capitulo general directamente del terremoto que se
produjo cerca de su ciudad natal, Ascoli Piceno (Italia).  Gracias a Dios a su familia no le sucedió nada pero igualmente tuvieron que pasar noches en el coche, junto a su anciana madre.  Noches y días que se transformaron en la posibilidad de llevar esperanza a la gente que había perdió todo.

La hermana Luigia Coccia, desde ayer, se convirtió en la nueva Superiora General de las Hermanas Misioneras Combonianas.  Una mujer concreta, con una gran capacidad de escucha, ha sido elegida por sus hermanas, llamadas como ella a participar en el Capítulo general,  a la primera votación.

Luigia nació en 1969, se hace comboniana en 1998.  Después de tres años vividos en Camerún,  fue enviada como misionera a la Circunscripción de Congo-Togo en el 2001. Realizó su ministerio misionero en la localidad de Isiro, en el norte de la República Democrática del Congo, donde las misioneras llegaron en 1973.  Ahí transcurrió 4 años intensos de servicio dedicándose a las personas más vulnerables y marginadas, particularmente jóvenes y niños, promoviendo la dignidad a través de una escucha empática y sobretodo dando pequeñas oportunidades de trabajo.

La hermana Luigia conoce muy bien el valor del trabajo, ya que ella comenzó a trabajar cuando apenas había terminado la escuela.  Con todo, su determinación grande de superarse la llevo a continuar estudios superiores.  Después de sus años vividos en África, regresando a Italia se graduó como Psicóloga en la Universidad Gregoriana de Roma.

En el año 2013 fue nombrada Secretaria general de la formación, servicio que desempeñó solo por un breve tiempo pues en el 2014 fue elegida Superiora Provincial de la Circunscripción de la Republica Democrática de Congo-Togo-Benín, en la cual ha desarrollado sobretodo el clima de la acogida, escucha y creatividad misionera.

A ella le deseamos tantas bendiciones en este nuevo ministerio que Dios la ha llamado de servir como Jesús Buen Pastor.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

SED DE PAZ. RELIGIONES Y CULTURAS EN DIALOGO.

ASÍS, 20 Sep. 16 / 11:17 am (ACI).- El Papa Francisco dirigió un especial discurso a los participantes en la ciudad italiana de Asís por la Jornada Mundial de Oración por la Paz titulada “Sed de paz, religiones y culturas en diálogo”.

En la plaza San Francisco de Asís el Santo Padre dirigió estas palabras:

Santidades, Ilustres Representantes de las Iglesias, de las Comunidades cristianas y de las Religiones, Queridos hermanos y hermanas:

Os saludo con gran respeto y afecto, y os agradezco vuestra presencia. Agradezco a la comunidad de Asís y a la Comunidad de San Egidio que han preparado esta jornada. Hemos venido a Asís como peregrinos en busca de paz. Llevamos dentro de nosotros y ponemos ante Dios las esperanzas y las angustias de muchos pueblos y personas. Tenemos sed de paz, queremos ser testigos de la paz, tenemos sobre todo necesidad de orar por la paz, porque la paz es un don de Dios y a nosotros nos corresponde invocarla, acogerla y construirla cada día con su ayuda.

«Bienaventurados los que trabajan por la paz» (Mt 5,9). Muchos de vosotros habéis recorrido un largo camino para llegar a este lugar bendito. Salir, ponerse en camino, encontrarse juntos, trabajar por la paz: no sólo son movimientos físicos, sino sobre todo del espíritu, son respuestas espirituales concretas para superar la cerrazón abriéndose a Dios y a los hermanos.

Dios nos lo pide, exhortándonos a afrontar la gran enfermedad de nuestro tiempo: la indiferencia. Es un virus que paraliza, que vuelve inertes e insensibles, una enfermedad que ataca el centro mismo de la religiosidad, provocando un nuevo y triste paganismo: el paganismo de la indiferencia.


No podemos permanecer indiferentes. Hoy el mundo tiene una ardiente sed de paz. En muchos países se sufre por las guerras, con frecuencia olvidadas, pero que son siempre causa de sufrimiento y de pobreza. En Lesbos, con el querido Hermano y Patriarca ecuménico Bartolomé, hemos visto en los ojos de los refugiados el dolor de la guerra, la angustia de pueblos sedientos de paz.

Pienso en las familias, cuyas vidas han sido alteradas; en los niños, que en su vida sólo han conocido la violencia; en los ancianos, obligados a abandonar sus tierras: todos ellos tienen una gran sed de paz. No queremos que estas tragedias caigan en el olvido. Juntos deseamos dar voz a los que sufren, a los que no tienen voz y no son escuchados. Ellos saben bien, a menudo mejor que los poderosos, que no hay futuro en la guerra y que la violencia de las armas destruye la alegría de la vida.

Nosotros no tenemos armas. Pero creemos en la fuerza mansa y humilde de la oración. En esta jornada, la sed de paz se ha transformado en una invocación a Dios, para que cesen las guerras, el terrorismo y la violencia. La paz que invocamos desde Asís no es una simple protesta contra la guerra, ni siquiera «el resultado de negociaciones, compromisos políticos o acuerdos económicos, sino resultado de la oración» (JUAN PABLO II, Discurso, Basílica de Santa María de los Ángeles, 27 octubre 1986: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española [2 noviembre 1986, 1]).

Buscamos en Dios, fuente de la comunión, el agua clara de la paz, que anhela la humanidad: ella no puede brotar de los desiertos del orgullo y de los intereses particulares, de las tierras áridas del beneficio a cualquier precio y del comercio de las armas.

Nuestras tradiciones religiosas son diversas. Pero la diferencia no es para nosotros motivo de conflicto, de polémica o de frío desapego. Hoy no hemos orado los unos contra los otros, como por desgracia ha sucedido algunas veces en la historia. Por el contrario, sin sincretismos y sin relativismos, hemos rezado los unos con los otros, los unos por los otros.

San Juan Pablo II dijo en este mismo lugar: «Acaso más que nunca
en la historia ha sido puesto en evidencia ante todos el vínculo intrínseco que existe entre una actitud religiosa auténtica y el gran bien de la paz» (ID., Discurso, Plaza de la Basílica inferior de San Francisco, 27 octubre 1986: l.c., 11). Continuando el camino iniciado hace treinta años en Asís, donde está viva la memoria de aquel hombre de Dios y de paz que fue san Francisco, «reunidos aquí una vez más, afirmamos que quien utiliza la religión para fomentar la violencia contradice su inspiración más auténtica y profunda» (ID., Discurso a los representantes de las Religiones, Asís, 24 enero 2001), que ninguna forma de violencia representa «la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción» (BENEDICTO XVI, Intervención en la Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo, Asís, 27 octubre 2011).

No nos cansamos de repetir que nunca se puede usar el nombre de Dios para justificar la violencia. Sólo la paz es santa y no la guerra. Hoy hemos implorado el don santo de la paz. Hemos orado para que las conciencias se movilicen y defiendan la sacralidad de la vida humana, promuevan la paz entre los pueblos y cuiden la creación, nuestra casa común.

La oración y la colaboración concreta nos ayudan a no quedar encerrados en la lógica del conflicto y a rechazar las actitudes rebeldes de los que sólo saben protestar y enfadarse. La oración y la voluntad de colaborar nos comprometen a buscar una paz verdadera, no ilusoria: no la tranquilidad de quien esquiva las dificultades y mira hacia otro lado, cuando no se tocan sus intereses; no el cinismo de quien se lava las manos cuando los problemas no son suyos; no el enfoque virtual de quien juzga todo y a todos desde el teclado de un ordenador, sin abrir los ojos a las necesidades de los hermanos ni ensuciarse las manos para ayudar a quien tiene necesidad.


Nuestro camino es el de sumergirnos en las situaciones y poner en el primer lugar a los que sufren; el de afrontar los conflictos y sanarlos desde dentro; el de recorrer con coherencia el camino del bien, rechazando los atajos del mal; el de poner en marcha pacientemente procesos de paz, con la ayuda de Dios y con la buena voluntad.

Paz, un hilo de esperanza, que une la tierra con el cielo, una palabra tan sencilla y difícil al mismo tiempo. Paz quiere decir Perdón que, fruto de la conversión y de la oración, nace de dentro y, en nombre de Dios, hace que se puedan sanar las heridas del pasado. Paz significa Acogida, disponibilidad para el diálogo, superación de la cerrazón, que no son estrategias de seguridad, sino puentes sobre el vacío. Paz quiere decir Colaboración, intercambio vivo y concreto con el otro, que es un don y no un problema, un hermano con quien tratar de construir un mundo mejor.

Paz significa Educación: una llamada a aprender cada día el difícil arte de la comunión, a adquirir la cultura del encuentro, purificando la conciencia de toda tentación de violencia y de rigidez, contrarias al nombre de Dios y a la dignidad del hombre.

Aquí, nosotros, unidos y en paz, creemos y esperamos en un mundo fraterno. Deseamos que los hombres y las mujeres de religiones diferentes, allá donde se encuentren, se reúnan y susciten concordia, especialmente donde hay conflictos. Nuestro futuro es el de vivir juntos. Por eso, estamos llamados a liberarnos de las pesadas cargas de la desconfianza, de los fundamentalismos y del odio. Que los creyentes sean artesanos de paz invocando a Dios y trabajando por los hombres.

Y nosotros, como Responsables religiosos, estamos llamados a ser sólidos puentes de diálogo, mediadores creativos de paz. Nos dirigimos también a quienes tienen la más alta responsabilidad al servicio de los pueblos, a los Líderes de las Naciones, para que no se cansen de buscar y promover caminos de paz, mirando más allá de los intereses particulares y del momento: que no quede sin respuesta la llamada de Dios a las conciencias, el grito de paz de los pobres y las buenas esperanzas de las jóvenes generaciones. Aquí, hace treinta años, San Juan Pablo II dijo: «La paz es una cantera abierta a todos y no solamente a los especialistas, sabios y estrategas. La paz es una responsabilidad universal» (Discurso, Plaza de la Basílica inferior de San Francisco, 27 octubre 1986: l.c., 11).

Hermanos y hermanas, asumamos esta responsabilidad, reafirmemos hoy nuestro sí a ser, todos juntos, constructores de la paz que Dios quiere y de la que la humanidad está sedienta.

JORNADA DE LA FAMILIA COMBONIANA - XX CAPITULO GENERAL HERMANAS MISIONERAS COMBONIANAS


Hoy hemos vivido un día en familia.

La celebración eucarística fue presidida por el Padre Tesfayé Tadesse, Superior General de los Misioneros Combonianos quien después nos compartió algo de la vida y camino del Instituto de los Misioneros Combonianos.  La situación del Instituto está creciendo sobretodo en la internacionalidad entre los miembros del instituto así como la presencia en los diversos países de los cuatro continentes.

El camino a partir de las actas capitulares está marcado por la celebración del 150° Aniversario del Instituto fundado en 1867.  Deseamos de todo corazón que nuestra colaboración continúe y crezca en la búsqueda de responder a las necesidades de la misión de un modo creativo y nuevo.

Isabella d’Alessandro, Responsable General de las Misioneras Seculares Combonianas continuó durante la mañana presentándonos las características especificas del Instituto Secular con la forma de encarnación en el mundo y con los retos de esta vocación especifica.

Por la tarde Alberto de la Portilla nos compartió, vía skype, desde México la historia de los Laicos Misioneros Combonianos con una trayectoria de veinte años y una presencia en 20 países del mundo, siendo 270 miembros actualmente. Nos dijo que la llamada es verdaderamente carismática caracterizada por la identidad laical y comboniana que se inspira en el deseo de Comboni de colaborar entre todos para el bien de la misión.

Alberto nos presentó los retos particulares que nacen del deseo de estar todos unidos, compañeros/as de camino para desarrollar siempre más el ideal de Comboni para las necesidades de la Iglesia y del mundo de hoy.

El día se concluyó con la experiencia de la nueva Comunidad de Malbes de Padua.  Hermana Carmela Cotter, Carla y Mario (matrimonio) nos compartieron el largo camino de reflexión, oración y discernimiento para llegar a una experiencia intensa de comunidad que permanece abierta al deseo de ser presencia misionera en la Iglesia local, que invita al encuentro, a compartir, a la apertura, a la misión y a los retos misioneros del territorio.

La comisión “comunicación”

domingo, 18 de septiembre de 2016

PUNTOS NEURALGICOS - XX CAPITULO GENERAL HERMANAS MISIONERAS COMBONIANAS


En estos últimos dos días hemos compartido dos temas que son puntos neurálgicos, particularmente sensibles en nuestra forma de vivir como Congregación.  Ayer compartimos sobre la interculturalidad y hoy sobre el tema de la misión en sus dimensiones ad-gentes e  inter-gentes.
La metodología utilizada nos ha ayudado a escuchar nuestras vivencias, compartiendo con libertad y sobretodo en el respeto, aquello que es vital, permitiéndonos ser tocadas por el pensamiento y la experiencia de la otra.

Sobre la interculturalidad hemos visto la gran necesidad de un dialogo comunitario siempre más profundo y respetuoso que permita a todas  de compartir experiencias,  historias, percepciones y que esto nos ayude a a salir de una lógica de prejuicios.

La reflexión sobre la misión ad-gentes e inter-gentes nos ha permitido recurrir a nuestra historia congregacional y a los varios conceptos de misión que nos han acompañado, mostrándonos una historia santa, acompañada de heridas que existen aún hoy.

Hemos compartido sobre las dudas de todas las hermanas, los miedos hacia el futuro y hacia una identidad carismática.

También dialogamos de manera particular sobre los dones recibidos de parte de los pueblos en África, Asia, Europa, América, compartiendo nuestra vida, sobretodo la presencia universal del Carisma trasmitido por San Daniel Comboni.

Al final los retos y los miedos se transformaron en un canto de acción de gracias por el don de un Carisma que sentimos aún está vivo, que se actualiza a través de nuestra pasión por los más pobres y excluidos, en la dimensión del dialogo y anuncio de la fe.

Expresamos un gracias a cada hermana que vive en África, Asia, América y Europa, por su pasión y amor en el vivir la misión que ha recibido del Espíritu de llevar vida y una vida en abundancia.

La comisión “comunicación”





COMUNICACION SEGUNDA SEMANA DE TRABAJOS CAPITULARES DE LAS HERMANAS MISIONERAS COMBONIANAS

Al inicio de esta semana, comenzamos con una nueva metodología: las comunidades de discernimiento.

Estamos llamadas a tener un corazón, mente y voluntad abierta para una escucha generativa, particularmente durante esta semana en la cual hemos entrado en el corazón del Capítulo.
La facilitadora nos ha invitado a entrar en este proceso orgánico a través de algunas imágenes como la de la tierra que tiene que ser trabajada antes de acoger la semilla, o como la masa para hacer el pan que debe ser amasada con las manos para poder sentir su consistencia.

Se formaron grupos con diversas temáticas que nos ayudarán en este tiempo de discernimiento: “Nuevo rostro de la congregación”, “Tejer un nuevo tejido Congregacional”, “Experiencia de encuentro”, “Trabajo sobre la Regla de Vida”, “Acoger el grito del Mundo/Congregación”, “Grupo de la Memoria Histórica”.

También estamos haciendo encuentros en comunidades de discernimiento con un proceso de escucha generativa para sentir donde el Señor quiere  conducirnos.  La liturgia y los momentos de oración personal y comunitario nos ayudan en este proceso orgánico que estamos viviendo como capitulares.
Esta semana, hemos tenido un encuentro con Sr. Gabriella Bottani quien ha compartido su experiencia en el trabajo que desarrolla en la red de Talita Kum y con Sr. María Rosa Venturelli quien nos ha compartido el proceso de beatificación de Sr. Giuseppa Scandola y el inicio del proceso de Sr. Teresa Grigolini.

La comisión “comunicaciones”

domingo, 11 de septiembre de 2016

PRIMERA SEMANA DEL XX CAPITULO GENERAL DE LAS HERMANAS MISIONERAS COMBONIANAS

"OSAR LA MISTICA DEL ENCUENTRO PARA VIVIR LA MISION COMBONIANA HOY"
(Tema del Capitulo)

A principios de esta primera semana de trabajos capitulares hemos iniciado el primer paso, con el deseo de vivir este evento a la luz del tema capitular de osar la mística del encuentro para la misión comboniana hoy.

Hemos comenzado con una reflexión sobre cómo vivir estos días al servicio de toda la Congregación, mas allá de nuestra Circunscripción de origen, de nuestro servicio específico, escuchando el camino realizado por todas y cada una, camino que hemos vivido al interno de la Iglesia, del mundo y de la creación. 

Somos parte de un cuerpo-Congregación que interactúa cada momento con tantos pueblos, con el mundo, dentro del movimiento de una Iglesia que nos invita a salir, a osar, a movernos.
Ser parte del cuerpo congregacional nos ha llevado a desear una escucha generativa de las diversas relaciones del GIP, de la Dirección General, de la Economía General y de la comisión pre – capitular.  En estos días de mucha escucha hemos buscado leer con
el pensamiento, el corazón y la voluntad el camino realizado en estos años.  Una escucha donde estamos enteramente presentes, dejándonos interrogar por nuestra historia congregacional de estos seis años, dejándonos tocar en lo profundo por los acontecimientos que nos han acompañado. 

Las presentaciones de los GIP han sido significativas e intensas.  El camino que ha hecho cada Circunscripción y GIP nos han ayudado a darnos cuenta que el carisma está vivo y vivifica la realidad que nos rodea y que hemos compartido el deseo de rediseñar nuestras presencias buscando responder al grito de los empobrecidos dando respuesta a través de metodologías diversas de acuerdo a las realidades y situaciones.


La presentación de la comisión pre-capitular nos ha dado luz sobre aquello que nos une y que se ha expresado con fuerza en nuestras experiencias de encuentro.  Experiencias que hablan sobre todo de nosotras, de nuestro deseo de salir, de encontrarnos los unos con los otros en su diversidad. 
Las experiencias de encuentro son un tesoro que nos pertenece y que subraya la importancia de evangelizar como comunidad, confirma la llamada a ser puentes entre los pueblos y resalta la acogida y sufrimiento fecundo manifestado en la vida de los pobres que nos invita a “ser”, superando la lógica de querer “hacer” o “dar”.

La relación de la Dirección General ha ampliado nuestra visión,
presentándonos el camino del sexenio vivido poniendo atención a los procesos que nos han permitido profundizar nuestra ministerialidad, a la luz de nuestra historia carismática y nuestro vivir juntas.
En su relación la Dirección General nos ha invitado a alargar la mirada por que el horizonte cambia, se engrandece y viene expresado con la imagen de Cristo en la Cruz con los brazos abiertos, que atrae a Si a toda la humanidad.

Esta mirada hacia el horizonte se transforma en encuentro que se hace paradigma para la vida consagrada misionera (cfr. EG n. 87) y se ensancha a los retos que nos tocan profundamente: la llamada a una vida siempre más contemplativa que requiere el valor y la capacidad de encontrarnos con Dios y con nosotras mismas para tejer relaciones maduras, así como en la comunidad, reinventando nuestro modo de estar juntas para la misión, a través de una ministerialidad siempre más compartida, para que podamos sostenernos las unas a las otras, así como sostener la misión y abrirnos a los retos de una sostenibilidad económica para la vida y el crecimiento de nuestro futuro con actitudes y acciones siempre mas transparentes y compartidas.